Que nuestra democracia está gravemente enferma no es decir nada novedoso. Muchos son los que han contribuido a esta situación. Pero sobre todo los partidos políticos. Su papel es fundamental en un sistema democrático. Nuestra Constitución de 1978 los reconoce expresamente. «Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la Ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos».

Un reconocimiento tan explícito de los partidos y de su protagonismo en nuestra Constitución es explicable por el contexto internacional Tras la II Guerra Mundial se constitucionalizarán, como en la Constitución italiana de 1947, la Ley Fundamental de Bonn de 1949 o la francesa de 1948. Los constitucionalistas españoles le dieron un papel relevante, tras el desprestigio que venía de la dictadura. Tras haber sido prohibidos y perseguidos ahora llegaba el momento de hacerles justicia.

¿Incumplen hoy los partidos nuestro texto constitucional? Yo me fijare sólo en si su estructura interna y funcionamiento son democráticos.

En el Congreso de los Diputados está la Comisión para la auditoría de la calidad democrática, la lucha contra la corrupción y las reformas legales e institucionales. En ella, el catedrático de Ciencia Política y la Administración de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Manuel Villoria Mendieta ha tenido una intervención muy interesante. Señaló que se ha de garantizar que los partidos respondan a los ideales para los que surgen y a los intereses de sus afiliados, además del interés general, y que en la asociación Más Democracia se ha establecido un ranking de calidad democrática en los partidos, con 41 indicadores en torno a 5 grandes apartados con sus respectivos porcentajes.

El primero, las instituciones de control, que pueden ser diferentes, pero han considerado dos. La periodicidad de los congresos de los partidos. Un congreso, como mínimo cada dos años posibilita que las alternativas tengan más posibilidades de defender sus intereses y de controlar al gobierno del partido. Y otro elemento es el legislativo de cada partido. Los partidos tienen un ejecutivo, pero tienen también un legislativo, llámese comisión federal o junta directiva. Ese legislativo ha de reunirse periódicamente y controlar al ejecutivo, tener información suficiente, tener capacidad de deliberación y de demandar a ese ejecutivo información sobre el cumplimiento de sus objetivos. Este apartado supone el 50%.

El segundo, la selección de sus representantes ante el pueblo. Las primarias, pero bien hechas, son un elemento clave para seleccionar a sus representantes: candidato a la Presidencia del Gobierno, a las comunidades autónomas, ayuntamientos. Supone el 30%.

El tercero, la transparencia en los partidos, para que los afiliados tengan la información suficiente sobre los planes del partido, el dinero que entra, cómo se gasta, estrategia política, etc. Es el 5%.

El cuarto, está relacionado con los derechos de los afiliados. No puede ser expulsado arbitrariamente un miembro del partido porque no esté de acuerdo con lo que dice la dirección. Supone el 10%.

El quinto vendría vinculado al control del comportamiento ético de los representantes y de los afiliados. ¿Existe un código ético? ¿Hay un comité de ética con independencia para exigir el cumplimiento del código ético? Es el 5%.

De acuerdo con estos baremos elaboraron un ranking para 2016 de calidad democrática de los partidos. El primero fue el 2015. Resulta interesante comparar los datos del 2016 y del 2015. De mayor (10) a menor calificación (0) han sido los siguientes. Equo-6,8 en el 2015 sin datos; Anova-6,2 en el 2015 sin datos; BNG-sin datos del 2016, en el 2015 fue de 5,7; Podemos-5 y en el 2015 fue de 5,5; Bloc Nacionalista Valenciá-5 en el 2015 sin datos; Iniciativa del Poble Valenciá-4,9 en el 2015 sin datos; Iniciativa per Catalunya Verds (ICV)-4,9 en el 2015 fue de 4,8; PSC-4,2 en el 2015 fue de 4,3; IU-4,2 en el 2015 fue de 3,8; PSOE-4,1 en el 2015 fue de 4,3; ERC-4,1 en los dos años: UPyD-4 en el 2015; Coalición Canaria-3,8 en ambos años; Ciudadanos-3,7 en el 2015 fue de 4; PNV-3,7 en el 2015 fue de 3,5; Convergencia Democràtica de Catalunya (CDC)-3,5 en el 2015 fue de 2,8; y el Partido Popular-2,6 y en el 2015 fue de 2,3.

Las puntuaciones medias de los partidos están por debajo de 5 sobre 10 en los indicadores de democracia interna (3,7), derechos de los afiliados y su protección (4,4) y procedimientos de elección de sus candidatos a cargos públicos (4,9). Puntúan de media 6,0 en cuanto a disponer de códigos éticos; y de media 6,9 en la información que facilitan en sus webs sobre documentos internos, resoluciones de congresos, etc. No obstante hay partidos muy opacos.

*Profesor de institutoSFlb