La contaminación acústica en las ciudades proviene de distintos factores, pero en Zaragoza es el tráfico el que genera la principal fuente de ruido. El ocio y la actividad industrial en distintas zonas y horarios suponen también importantes repercusiones acústicas. La capital aragonesa mantiene unos niveles que son habituales respecto a las ciudades de su tamaño, incluso en Europa, pero que se incrementan cuanto más al sur. Es curioso que el 26% de la población soporte de día valores superiores a 65 decibelios, diez puntos más que en 2007. Sin embargo, durante la noche se ha reducido un 3,3%. Es evidente la influencia del tráfico, lo que debe impulsar la toma de medidas para su reducción en ciertas zonas.