Aragón me ha parecido siempre más jordano que egipcio, pero hay paisajes en las Planas, o en Monegros, que podrían encontrarse al filo del desierto. Jordania, Israel y Egipto son países a los que he viajado en busca de nuevas preguntas a respuestas demasiado establecidas como para ser las verdades que parecen ser. Jerusalén administra la santidad, o la revelación; Egipto el misterio; Jordania sigue siendo tierra de pastores palestinos y de iluminados esenios...

Sin embargo, en el plano político, Aragón sí es tierra de faraones.

Alguno, como Juan Alberto Belloch (PSOE), está en trance hacia la eternidad, y no serán pirámides lo que le falten para recordar su reinado municipal.

La faraona autonómica, Luisa Fernanda Rudi(PP), quiere seguir ostentando las coronas del Alto y del Bajo Aragón, por lo que no ha encargado aún su pirámide. Dependerá, como los faraones con la crecida del Nilo, si hay desborde del voto popular después de la recuperación económica o si el aragonés tira hacia otro lado.

Se ha hecho ya la pirámide José Ángel Biel (PAR), cuya antigua dinastía se confunde con la refundación del reino, pero mientras nuestros próceres juegan sus cartas astrales y rezan al sol que más calienta, vale la pena, para no dejar de hablar de Oriente ni de Egipto, visitar la exposición de momias que acaba de presentar CaixaForum Zaragoza en un nuevo alarde de su capacidad de producción y de su clara vocación de impulsar grandes eventos culturales en la capital del Ebro.

En esta oportunidad, CaixaForum acaba de presentar una muestra tan espectacular como científica, dedicada a los rituales funerarios de las dinastías faraónicas.

Momias, el secreto de la vida eterna, que así se llama la muestra, se nutre de numerosas y valiosas piezas procedentes del Rijksmuseum de Leiden. Sarcófagos, amuletos, jeroglíficos, máscaras, joyas, vasijas, esculturas, escarabajos... Toda una síntesis del arte cortesano y funerario de la civilización más misteriosa de la tierra al alcance de la mano, y muy especialmente a disposición de un público infantil que puede disfrutar aquí de un primer contacto con el Egipto antiguo.

Cuyos visionarios y magos habrían tenido que emplearse a fondo para pronosticar los devenires y arcanos de la política aragonesa.