Como las hijas de Elena, que ninguna era fea (embellezcamos el refrán), tres son las derechas de España, y buen partido las tres.

Hasta ahora, la hermana más popular, la mayor, era la más dotada, pero las recientes políticas de igualdad la han equiparado con la hermana del medio, la ciudadana, de manera que los padres no han tenido más remedio que igualarles la dote. Coqueteando estaban por el mentidero político cuando la menor de las tres, la niña de Vox, hasta ahora tutelada por la mayor, que no la dejaba salir, ha reclamado su ajuar, a fin de encontrar novio antes de vestir santos.

El dilema familiar, a la hora de dividir las dotes, reside en partir lotes de un mismo joyero.

La hermana mayor, siempre ponderada, se acaba de quejar a Pablo Casado de que la pequeña le ha levantado un millón en lingotes de oro viejo, otro tanto en cruces de Covadonga y medio en bisutería. La del medio, la ciudadana, no se ha quedado corta y luce piezas de diseño de ucedé, aquel donut que lo mismo daba empezarlo por la izquierda que morderlo por la derecha. Albert Rivera sostiene que la hermana del medio es la más guapa y ahorradora, y con más estudios, ideal, por tanto, para formar una alianza equitativa con cualquier galán que no sea Pedro Sánchez, con quien ya tuvo una cita en el Congreso, sin que la unión, al no darse sexo seguro, llegara a consumarse.

En la erótica del poder se está emponderando pizpireta la niña de Vox, rumbosa en jaca alazana, con más corte de toreros que Cayetana (la duquesa) y ese sabor español a copla y canela, caballo y bandera. La novia de Abascal no quiere serlo de la muerte, o del fantasma de Millán Astray, sino de la vidilla política que ya la provee en forma de recompensa por los votos obtenidos. Dado el cante que da la niña, su padrino confía en que la dote aumente y con ese dorado brillo ascienda también de categoría el rango de sus pretendientes, haciendo que disminuya al mismo tiempo el atractivo de la hermana mayor, un tanto perjudicada por los años y el paño de vestir de Casado.

Como las hijas de Elena, tres eran tres las hijas de la derecha española... ¡Qué pena! H