El Real Zaragoza tiene la salvación a tiro, a prácticamente poco más de una victoria, como mucho parece que hasta dos y, de forma matemática, en las tres, en las seis jornadas que restan. Con 44 puntos en la tabla, con siete de ventaja sobre el Lugo, que marca la línea con la última plaza de descenso a la tragedia de Segunda B que queda por decidir, al equipo de Víctor Fernández le queda poco para llegar a la orilla, pero conviene recordar que en este final de Liga también se juega el reparto televisivo en función de los puestos, el 15% de lo que la categoría de plata recibe en la venta global de los derechos de Primera y Segunda. Ese reparto por puestos tiene unos porcentajes que hacen que, por ejemplo, entre el tercero, como quedó el Zaragoza el curso pasado, y el decimoctavo, el último de los billetes sin condena al infierno, haya unos 2,3 millones de euros de diferencia en función de la clasificación teniendo en cuenta que la cifra de la venta global de los derechos televisivos aún no se conoce en esta temporada.

LaLiga vendió el global de sus derechos televisivos por más de 1.500 millones la temporada pasada, quedándose la élite 1.325 y contabilizando que hay un fondo de compensación para los equipos que bajan de Primera, que supera los 30 millones (la campaña pasada Sporting, Osasuna y Granada se llevaron 9,6, 9,8 y 14,1 respectivamente). En el reparto, a la categoría de plata le corresponde el 10% del total de los ingresos televisivos y para el curso actual la estimación es que serán unos 180 millones (en torno a lo que ya hubo el curso pasado o quizá un poco más), aunque de esa cifra hay que descontar lo que se llevan los tres descendidos, que en este curso son Málaga, Las Palmas y Deportivo. Es decir, unos 150 millones.

Como es conocido, el 70% de los ingresos se distribuye a partes iguales. Del 30% restante, la mitad (15%) se reparte teniendo en cuenta únicamente la clasificación de la temporada anterior y el 15% que queda lo hace siguiendo criterios como audiencia, abonados, estadio, césped, instalaciones o iluminación.

Ese 15% de 150 millones supone un total de 22,5 para el reparto por la clasificación y la forma de distribuirlo va en un porcentaje descendiente. Así, el primer clasificado recibiría el 15,45%, es decir unos 3,47 millones, el segundo, el 13,64%, unos 3,06. Con todo, los dos primeros tiene el premio gordo del ascenso, con el incremento de ingresos que eso implica. De hecho, en la élite el club que menos cobró el curso pasado fue el Leganés, con un global de 43,3 millones. El tercero, la posición que ocupó el Zaragoza la temporada pasada para después caer en los playoffs con el Numancia, tiene un porcentaje del 11,82% y 2,65 millones. La cifra de ingresos televisivos del club aragonés la temporada pasada que hizo oficial LaLiga fue de un total de 7,6 millones incluyendo la parte fija y las dos variables del 15%.

Las tres primeras son posiciones inalcanzables ya para el Zaragoza, como la cuarta (10%, 2,25 millones), la quinta (8,18%, 1,84 millones), la sexta (6,36%, 1,43 millones), la séptima (5,23%, 1,176) o la octava (4’55% 1,023 millones). El noveno (3,86%, 868.000 euros) es el Sporting, con 54 puntos, 10 más que el Zaragoza, por lo que también parece una quimera alcanzarlo, aunque el equipo gijonés tiene que pasar por La Romareda, mientras que el décimo (3,18%, 715.000 euros) es un Almería con ocho puntos más que los blanquillos. El undécimo es el Alcorcón, con seis de ventaja, una renta difícil de acortar en seis jornadas para los 614.000 euros que supone (2,73%).

EL RETO DE 300.000 EUROS

Lo que sí tiene más en la mano el Zaragoza es la duodécima plaza, que ahora ocupa el Elche con 47 puntos, tres más que los de Víctor Fernández. Esa posición supondría el 2,5%, 562.000 euros. Restarían la decimotercera plaza (2,27%, 510.000), la decimocuarta, la posición que ocupa ahora mismo el Zaragoza (2,05%, 461.000 euros), la decimoquinta (1,82%, 409.000), la decimosexta (1,59%, 357.000), la decimoséptima (1,36%, 307.000) y la decimoctava (1,14%, 256.000).

Es decir, entre acabar en la posición 18 y no dar con sus huesos en Segunda B (los clubs que bajan a la categoría de bronce tienen también una ayuda) y ser capaz de al menos finalizar el duodécimo hay más de 300.000 euros de diferencia, una conquista que el Zaragoza debería tener en mente también teniendo en cuenta su delicada economía, además de que hacer una recta final lo más competitiva posible después de sellar la salvación ayudaría a mantener una mayor ilusión de cara a la próxima temporada entre una afición, con más de 27.000 abonados, que ha vivido un curso de sinsabores.