Ganó por primera vez el Real Zaragoza a domicilio en esta Liga. Lo hizo en La Rosaleda por 1-2 en un partido práctico, en su versión más eficaz en ataque y con un trabajo defensivo en el que el Málaga apenas le inquietó, demostrando que en la mejoría con JIM el equipo va a dando versiones cada vez más competitivas. El Zaragoza, con su nuevo técnico, con el que lleva 13 puntos de 18 desde que aterrizó como una bendición para tomar el timón de un barco que se iba a Segunda B, ofrece cada vez más señales de que el regate a ese descenso va a ser una realidad si el equipo mantiene estas constantes de crecimiento y de creer.

Más allá del valor del triunfo, de estrenar un casillero donde solo lo había logrado por la alineación indebida del Alcorcón, por salir de la zona de descenso, poniendo dos puntos de margen, por sumar dos triunfos consecutivos sobre el césped por primera vez en este curso, lo vivido en La Rosaleda casi un año después de aquella victoria antes de la pandemia que truncó el ascenso zaragocista supone la constatación de que el equipo es otro y que ya es capaz de ganar dando más balón al rival y con la fortaleza atrás y la pegada como valores. Lo dicho, un triunfo para creer, un botín para pensar que la permanencia está en el camino correcto, el que tomó el equipo gracias a JIM.

El Zaragoza, con dos zarpazos de James Igbekeme, tras un buen pase de Narváez, y de Vigaray, en un preciso cabezazo que coronó su gran partido, dejó el pleito encarrilado antes del descanso y después apenas sufrió, solo tras el zapatazo de Luis Muñoz que supuso el 1-2 en los últimos instantes por lo ajustado del marcador más que por las llegadas y la sensación de peligro del rival.

JIM, que es el responsable de resucitar a un equipo muerto, se quita esos elogios, pero lo cierto es que los merece. Su Zaragoza es otro. En La Rosaleda, con la novedad obligada de Ratón bajo palos y con James en el medio para formar con un 4-3-3 con Bermejo y Narváez en las alas y Álex Alegría arriba, el Zaragoza mostró desde el principio que es un bloque infinitamente más competitivo que antes. Empató mereciendo más en Cartagena, sufrió la derrota más injusta en Albacete y el primer triunfo fuera de casa estaba al caer. Lo hizo en Málaga, un botín de tremendo valor.

Tras unos minutos de tanteo y con el Zaragoza maniatando las bandas del enemigo, el equipo de JIM golpeó primero. Vigaray cabalgó en su carril y puso un pase que Juanjo Narváez convirtió en un centro que James, al alimón con Alexander, transformó en gol pasados los diez minutos.

El tanto sentó bien al Zaragoza, que debió sentenciar con un pase enorme de Eguaras en el que a Narváez se le fue la luz ante Soriano. Pudo ser la sentencia y el Zaragoza acusó el golpe, porque el Málaga se hizo dueño en la medular y empezó a generar peligro por medio de Rahmani y de Caye, que probó con un buen cabezazo los reflejos de Ratón.

Otra gran jugada de Vigaray no encontró a Álex Alegría, pero el Málaga pudo empatar en una acción en la que Ratón tapó bien el disparo de Rahmani. En ese intercambio de golpes llegó el 0-2 en un cabezazo certero de Vigaray en un saque de falta de Bermejo. Un gol a balón parado del Zaragoza, algo tan extraño este curso como que el Málaga, que botó infinidad de córners, apenas hiciera daño a los zaragocistas en esa faceta tan peligrosa hasta ahora. Sí, está claro que otro Zaragoza es posible. El Zaragoza de JIM.

Pellicer buscó más profundidad con Joaquín Muñoz y Matos, pasando a Rahmani a la izquierda y el Málaga tuvo el balón aún más en el segundo acto, pero el Zaragoza llenó de minas el camino hacia Ratón, con un Francés imperial junto a Jair y un bloque concentrado en general y sin apenas fisuras. JIM recurrió a Adrián y al Toro y el partido estaba para mantener la compostura y seguir firmes. Eso hizo el Zaragoza, que suspiró de alivio en su única concesión, un cabezazo en una falta que Pablo Chavarría mandó fuera. Antes, Francho pudo marcar desde lejos a puerta vacía, pero Ismael lo evitó.

El buen gol de Luis Muñoz tras una falta previa de Sá a Francés trajo una emoción que el Toro pudo frenar pero remató mal, otra vez, la enésima como zaragocista. JIM dispuso una defensa de cinco con la entrada de Peybernes, Nieto y Zapater y el Zaragoza ya no sufrió para sellar un botín viajero que solo invita a creer.

Ficha técnica

Málaga: Soriano; Ismael Casas (Orlando Sá, m.81), Lombán, Juande, Cristo (Matos, m.46); Rahmani (Jairo, m.72), Luis Muñoz, Cristian Rodríguez, Alexander González (Joaquín Muñoz, m.46); Caye Quintana (Jozabed, m. 81) y Pablo Chavarría.

Real Zaragoza: Ratón; Vigaray, Francés, Jair, Pep Chavarría (Nieto, m.88); Bermejo (Peybernes, m.88), Eguaras, Francho (Zapater, m.88), James Igbekeme (Adrián, m.66); Narváez y Álex Alegría (Gabriel Fernández, m. 74).

Goles: 0-1, m.11: James Igbekeme. 0-2, m.45: Vigaray. 1-2, m.82: Luis Muñoz.

Árbitro: Daniel Jesús Trujillo Suárez (Comité Tinerfeño). Amonestó a los locales Alexander González (m.24) y Orlando Sá (m. 90) y, ya en el banquillo, a Ismael Casas (m.90)

Incidencias: Partido de la vigésima cuarta jornada de LaLiga SmartBank disputado en el estadio de La Rosaleda de Málaga a puerta cerrada.