Pocas veces el fútbol ofrece tanta unanimidad en torno a un error arbitral. La decisión de Ávalos Barrera de señalar penalti tras un despeje limpio de Vigaray, al que Fuster golpea posteriormente en su intento de chilena, ha provocado estupor e indignación en el zaragocismo, que no acierta a entender por qué el colegiado catalán castigó esa jugada con la pena máxima después, incluso, de ver la jugada por la pantalla tras ser reclamado por Pérez Pallás desde la sala VOR.

Ávalos, que primero señaló penalti para, acto seguido levantar el brazo indicando libre indirecto por juego peligroso y que, tras el visionado del lance, volvió a decretar el lanzamiento desde los once metros, también cometió un error flagrante en opinión del propio colectivo arbitral, que admite su asombro por la decisión final del catalán y que propició el tanto del Albacete que acabó siendo decisivo para la victoria manchega. «No me parece penalti. Es una disputa y Vigaray llega al balón con claridad, ni siquiera me parece juego peligroso. No se debió señalar nada, simplemente dejar seguir el juego», opina el turolense Arturo Daudén Ibáñez, retirado del arbitraje en el 2009 y el séptimo colegiado con más partidos dirigidos en Primera. «Señalar juego peligroso implica que no ha habido contacto pero es que ni me parece una acción peligrosa. Decidir que sí hay contacto después de ver las imágenes en el VAR me parece un error», añade.

También José Ignacio Bueno Grimal, exárbitro de Primera División y colegiado durante 35 años, lo tiene claro. «En todo caso, es falta del delantero», asevera. «Mi primera impresión fue que Vigaray había cometido juego peligroso, pero tras ver las repeticiones está claro que no hay nada y, si lo hay, es falta de Fuster».

Para Bueno Grimal, el error es únicamente de Ávalos. «El árbitro del VAR le dice que acuda a verlo al monitor, pero nunca le dirá que es penalti, sino que hay una pierna arriba y un contacto que debe juzgar él», sostiene el excolegiado, que tiene claro que Ávalos «sabrá que se ha equivocado y seguro que lo estará pasando mal» y cree que «pagará este error con unas semanas sin arbitrar». De hecho, se muestra convencido de que el trencilla ya fue consciente al descanso de su equivocación. «Los móviles echan humo en el intermedio», asegura.

Para el aragonés, el fallo no deja de ser, en todo caso, «un error humano de los que cometemos todos, como los delanteros del Zaragoza que no acertaron, como el entrenador en algunas decisiones o como la directiva, que no es capaz de acabar con ocho años seguidos en Segunda. Todos fallamos», incide.

La decisión de Ávalos Barrera, con el que nunca ha ganado el Zaragoza después de siete partidos (cuatro derrotas y tres empates) en los que el catalán ha dirigido al equipo aragonés en las tres temporadas que el árbitro lleva en Segunda, tuvo continuidad minutos después, cuando no mostró la segunda amarilla al local Azamoum. «Cuando un árbitro comete un error no puede pensar en cómo compensar, sino en seguir y salvar el partido lo mejor posible. También el VAR entró en la roja a Arroyo y Ávalos lo expulsó», matiza Bueno Grimal.

La actuación del catalán inundó las redes sociales de indignación y malestar entre el zaragocismo, que señala al árbitro como el gran responsable de la derrota.