Ya no queda ninguna duda. Ni una sola tras tres derrotas consecutivas. El Real Zaragoza, de nuevo superado, esta vez por el Rayo Vallecano (2-4), en La Romareda, por cuarta vez seguida en cuatro citas de local en este nuevo fútbol, ha entrado ya en modo zombi, un estado casi inerte y en el que está dilapidando su candidatura al ascenso directo. El Rayo, que mereció quedarse con 10 con la segunda amarilla de Mario Suárez, fue superior en el fútbol y dio la vuelta al marcador ante un Zaragoza casi sin argumentos y siendo un flan terrible en defensa, donde los agujeros son siderales. El rival fue una amenaza constante para Cristian, cuya cara de desesperación resumió semejante fragilidad.

Una debilidad que se manifiesta en los 13 goles en siete partidos que lleva este Zaragoza que sigue tercero, con los mismos puntos que el Huesca, pero que no da sensaciones de poder levantarse, ni anímica ni físicamente, con demasiados jugadores tocados, lesionados, con las decisivas bajas ayer de El Yamiq y Luis Suárez, sancionado, o por debajo de su nivel. Ha perdido 5 partidos de siete, con seis puntos de 21 posibles. Con esos números, pensar en subir directos es una quimera. Quedan cuatro citas para enmendar ese pensamiento y para no encaminarse al 'playoff', al que llegaría con la frustración de haber dilapidado su renta. Antes del parón, iba con la directa a Primera, ahora está derrumbado mentalmente, el gran problema que debe solucionar ya Víctor.

Y eso que, con Linares como referencia y con el retorno de Eguaras, se le puso muy pronto de cara el partido al Zaragoza, en una falta que botó Eguaras y que Puado prolongó con algo de fortuna para que Atienza, a la media vuelta, sorprendiera a Dimitrievski a los cuatro minutos. El gol no trajo un partido cuesta abajo para el Zaragoza, que pronto se empezó a sentir mal con el balón, impreciso en la posesión y sin que Eguaras y Guti pudieran gobernar el partido. Así, solo la actividad de Puado generaba algo de inquietud en un Rayo que tocaba bien, con Trejo a los mandos, y que ya avisó con un intento de vaselina de Villar.

Un milimétrico fuera de juego de Puado pudo ser el segundo gol y el Zaragoza llegaba con cierta facilidad al área rayista, pero también el rival tocaba cómodo y se aproximaba a Cristian con soltura, aprovechando las pérdidas en la medular zaragocista, faceta en la que ninguno de los centrocampistas se salvaba de la quema. Con todo, era por el carril de Vigaray por el que el Rayo llegaba con más peligro. De hecho, un centro de Saúl y otro de Álvaro mantuvieron la incertidumbre para los de Víctor antes de que Villar, en otro envío de Saúl, se sacara un cabezazo que Cristian Álvarez despejó con una intervención enorme.

La segunda amarilla de Mario, perdonada

La pausa de la hidratación aún trajo un mayor dominio rayista, además de un nuevo error arbitral en contra del Zaragoza, ya que Ocón Arraiz perdonó la segunda amarilla a Mario por una falta a Burgui después de que ya había visto la cartulina por otra entrada a Puado. No llegó esa expulsión, que pudo ser decisiva, y sí el gol del Rayo. Nieto hizo una falta absurda tras tapar bien a De Frutos, el balón le llegó a Álvaro, que puso el centro para que Atienza despejara entre tres rayistas, pero acabó en Villar, que a bote pronto y sin nadie al lado la coló en la escuadra. El gol castigó la debilidad zaragocista, incapaz de mantener su renta y con múltiples fisuras en la contención defensiva y con el balón.

El tanto aún afectó más al Zaragoza tras el descanso. Salió con la mirada perdida, con todo el aspecto de un zombi y el Rayo se relamió y fue a hacer sangre. Sobre todo De Frutos, que retrató dos veces a Nieto antes que a la tercera le sirviera un balón de gol a Juan Villar. Víctor quitó a Dani Torres y puso más lógica con Soro en ataque y con Guti pasando al medio. Sin embargo, el Rayo no tardó en volver a golpear. Un error, el enésimo en un pase de Atienza, propició el gol de Álvaro en el minuto 53. Aún tuvo un pequeño soplo de energía el Zaragoza. Puado amenazó con Guti como cartero y a la segunda el catalán, rápido y certero, no perdonó ante Dimitrievski el 2-3. Pasaba un cuarto de hora de la segunda mitad y quedaba un mundo.

Paco, maldiciendo la debilidad de su equipo, puso cemento con Comesaña y después dio paso a una defensa de tres con la entrada de Velázquez. Cerró filas y la falta de energía del Zaragoza hizo el resto para que los minutos pasaran sin apuros, con una impotencia manifiesta que las entradas de Álex Blanco, Delmás y el inédito Pereira ni se acercaron a solucionar. Un nuevo desajuste defensivo propició la cabalgada de Isi y el gol de Álvaro tras rechace de Cristian. Otro golpe para un equipo muerto, un zombi con cuatro jornadas por delante para buscar un ascenso que ha medio dilapidado.

Ficha técnica:

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Vigaray (Delmás, m.72), Atienza, Clemente, Nieto; Raúl Guti, Eguaras, Dani Torres (Soro, m.52), Burgui (Alex Blanco, m.72); Puado y Linares (Pereira, m.87).

Rayo Vallecano: Dimitrievski; Tito (Advíncula, m.46) , Saveljich, Catena, Saúl García; Álvaro, Trejo, Mario Suárez (Oscar Valentín, m.46), De Frutos (Isi, m.75); Juan Villar (Comesaña, m.62) y Qasmi (Velázquez, m.81).

Goles: 1-0. M.5. Atienza; 1-1. M.45+2. Juan Villar; 1-2. M.51. Juan Villar; 1-3. M.54. Alvaro; 2-3. M.60. Puado; 2-4. M.93. Trejo.

Arbitro: Ocón Arraiz (Comité Riojano. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Delmás (m.87), Soro (m.90) y Pereira (m.92) y los visitantes Saúl (m.25), Mario Suárez (m.34) y Advíncula (m.64).

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 38 de Segunda