Los números advierten que el Zaragoza necesita jugar de dos formas distintas en función de si el partido es en casa o fuera. O, al menos, en lo que a su disposición táctica y a la configuración del centro del campo se refiere. Si el choque ese disputa en La Romareda, el Zaragoza parece obligado a jugar con dos centrocampistas natos. En cambio, si el duelo se dirime fuera, esa misma disposición aboca a la escuadra blanquilla a una muerte segura y si, en cambio, apuesta por reforzar la medular con un tercer hombre, el resultado es mucho mejor.

El Zaragoza ha jugado en casa diez partidos con dos mediocentros en la línea de cuatro y solo uno acabó en derrota: el 1-2 ante el Málaga. Entonces, Ros y Eguaras compartieron el eje, algo que solo han hecho una vez más en toda la temporada, también en casa pero con distinto resultado (1-0 frente al Albacete). Nunca más perdió el Zaragoza en casa jugando con dos medios. Es más, seis de esos diez choques concluyeron con victoria y tres en empate.

Los triunfos tuvieron como protagonistas, mayormente, a Francho y Eguaras, que formaron pareja ante Fuenlabrada (1-0), Lugo (1-0), Logroñés (2-0) y Ponferradina (1-0). La otra victoria (frente al Tenerife) se consiguió con Zapater y James en el centro.

Si el partido es en casa y Francho es uno de los dos mediocentros, el Zaragoza no pierde. Además de las cuatro victorias, el canterano también suma dos empates sumados ante Girona (2-2) y Mallorca (0-0). En el primero de ellos compartió parcela con James y en el segundo lo hizo con Javi Ros. La otra combinación probada en La Romareda fue la compuesta por Eguaras y Nick frente al Sabadell (0-0).

En cambio, cuando el Zaragoza ha jugado con tres medios en casa, la cosa no ha ido bien. Tres de los cuatro encuentros en los que el equipo recurrió a esa vía acabaron en derrota y el otro se empató, es decir, el cuadro blanquillo nunca ha ganado en casa jugando con tres en el centro, con uno de ellos deslizado al interior. En las tres caídas estuvo Eguaras aunque con diferente compañía. Frente al Oviedo (1-2) jugó junto a Zapater y Ros, mientras que ante el Rayo (1-2) lo hizo acompañado por Francho y James, la misma combinación que en la última derrota, sufrida a manos del Alcorcón de Anquela (0-1). Solo en un duelo consiguió puntuar el Zaragoza en casa con tres en la medular y fue el primero de la temporada ante Las Palmas (2-2). Entonces con Eguaras, Ros y Nick.

Fuera de casa, la cosa cambia radicalmente, al igual que un Zaragoza que sigue siendo el peor visitante de la categoría y que se asfixia lejos de La Romareda. Quizá su disposición táctica tenga buena parte de culpa. Porque, en líneas generales, los técnicos que han pasado por el banquillo han optado por mantener la misma configuración que en casa, pero los resultados obtenidos dejan claro que, seguramente, el equipo está pidiendo a gritos jugar con tres en el medio. Porque ocho de los nueve encuentros disputados con solo dos medios natos acabaron en derrota y el otro en empate. Casi pleno de fracasos con una formación en la que ni siquiera la pareja Francho-Eguaras, exitosa en casa, es garantía más allá del empate en Cartagena (1-1). Los otros tres partidos en los que han coincidido se saldaron con derrota (1-0 en Almería, Gijón y Albacete). Con Eguaras y Zapater el Zaragoza perdió en Leganés (1-0) Oviedo (1-0) y Vallecas (3-2) y también claudicó con Ros y James en Miranda y Tenerife (1-0).

Pero el balance es positivo jugando con tres en el medio, algo que, sin embargo, únicamente ha sucedido en cuatro partidos de los que solo uno (en Ponferrada) acabó en derrota. Entonces, el Zaragoza formó con Francho, Eguaras y James, una combinación que funcionó en Sabadell (1-1) y, sobre todo, en Málaga (1-2). En Alcorcón (0-0), también hubo tres medios (Nick, Eguaras y Ros). Al igual que en Cornellá (2-0) y Castellón (1-0), si bien en estas dos salidas se jugó con tres centrales.