La historia del Real Zaragoza en las promociones de ascenso es de desgracia. Quizá haya quien crea en el destino, en que el fútbol lo que quita lo acaba dando con el tiempo, pero al equipo aragonés parece que nunca le llega. Es un golpe tras otro con crueldad casi divina, como una maldición que trae consigo un guion muy duro de digerir. Como en la última vez contra el Numancia, el cuadro blanquillo perdonó una y otra vez ocasiones clarísimas y, al final, terminó con lágrimas en los ojos por un gol del incombustible Nino (0-1) que no hizo justicia al global de la eliminatoria. Pero es que el fútbol no entiende de ello. Otro larguero, un mano a mano, un penalti... Nada. El Zaragoza, haciendo bueno el dicho, perdonó y lo pagó contra un Elche efectivo y oportunista.

La puesta en escena del equipo aragonés en la primera mitad fue muy buena y solo faltó, como en la ida, que entrase alguna de las ocasiones. El Zaragoza fue agresivo en su juego, manejó la pelota con velocidad y criterio, consiguió entrar por bandas con superioridad y no pasó muchos apuros defensivos. Sin embargo, la falta de puntería abocaba al fracaso.

El primer acercamiento y único del Elche que no fue en fuera de juego encendió todas las alarmas, pero se quedó en un susto. Josan puso un centro raso con veneno y entre Cristian y Guitián desviaron a córner. Desde entonces el Zaragoza se entonó y hasta la pausa de hidratación fue el dueño del encuentro, pero de nuevo no se fue con ventaja en el electrónico. Guti, tras un rechace en un saque de esquina, pegó un latigazo con la diestra desde fuera del área que despejó Badía.

La más clara llegó al filo de la media hora, pero Linares perdonó. El de Fuentes se plantó solo delante del meta en un mano a mano después de un extraordinario servicio de Kagawa, pero lanzó al muñeco. Diez minutos después, Eguaras encontró con una rosca sutil la espalda de Óscar Gil, pero el tiro de Nieto acabó en el lateral de la red.

Tras el paso por los vestuarios el Elche tenía muy claro que debía aguantar vivo en la eliminatoria, que alguna iba a tener, mientras que el Real Zaragoza era consciente de que los ilicitanos iban a dejar cada vez más espacios. Burgui, tras una primera mitad inactivo, fue un estilete en el comienzo del segundo acto y fue coprotagonista de la más clara. Condujo, encaró, cedió al medio para Kagawa y el disparo del japonés, repelido por Dani Calvo, acabó en el larguero.

Tras unos minutos más calmados aunque de control blanquillo, el Elche metió el miedo en el cuerpo con una magistral falta de Fidel que obligó a Cristian a hacer un señor paradón. En la contra, Kagawa pecó de egoísta y tiró por la borda una transición con Soro libre de marca para anotar.

Y en el 81, el golpe de gracia. Juan Cruz le ganó la espalda a Vigaray, la puso atrás, Nieto despejó al aire y apareció Nino para clavarla junto al palo. Un mazazo casi definitivo. Buscó la heroica el Zaragoza y pudo soñar con un penalti cometido sobre Burgui, pero Javi Ros lanzó a lo Panenka y Badía adivinó la intención. Ni así marcó el Zaragoza. No hay manera de escapar de este infierno.

Ficha técnica:

0- Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Vigaray, Guitián, El Yamiq (Baselga, min.84), Nieto; Eguaras (Dani Torres, min.72), Raúl Guti (Javi Ros, min.84); Álex Blanco (Soro, min.58), Burgui; Kagawa y Linares (Pereira, min.58).

1- Elche: Edgar Badía; Óscar, Gonzalo Verdú, Dani Calvo, Juan Cruz; Josan (Iván Sánchez, min.55), Manuel Sánchez (Folch, min.55), Víctor Rodríguez (Mfulu, min.88), Fidel (Pere Milla, min.72); Escriche y Nino (Josema, min.88)

Gol: 0-1. min.82: Nino.

Árbitro: Figueroa Vázquez (Comité Andaluz). Amonestó con cartulina amarilla a Manuel Sánchez y Fidel por el Elche y a Pereira por el Real Zaragoza.