El Zaragoza puede dar mañana, en el inicio de la segunda vuelta ante el Hércules, el paso que le sitúe en la zona de ascenso directo. Nunca antes ha estado tan cerca de ella, a solo un punto del segundo. Ni siquiera en la primera cita liguera, cuando empató en el Rico Pérez, estaba tan próximo. Así está en la jornada que empieza hoy, donde el equipo zaragocista estará muy pendiente del Sporting, que visita Valdebebas para medirse al Castilla, porque son los gijoneses los que ocupan la segunda posición a la que aspiran los de Paco Herrera. Ese posible asalto a esa zona tan deseada culmina una serie de impresiones que llevan al entrenador, y también a la plantilla, a creer que es el momento del Zaragoza, que ahora mismo sus sensaciones son mejores que las del resto, que han encontrado un camino, en el espíritu y en lo futbolístico, que no pueden desaprovechar.

Esa percepción de que el Zaragoza está en clara progresión también la tienen los rivales. De hecho, ayer mismo lo reconocía el entrenador del Hércules, Quique Hernández, que ve a su enemigo de mañana en su mejor momento de lo que va de curso. Y es verdad. El equipo ha sumado 16 puntos en las últimas siete jornadas, más que nadie y solo perdió en Sabadell.

Así, ha recortado distancia a todos los rivales por subir y ha gritado por fin su candidatura. Sin embargo, el salto de verdad se ha visto en los dos últimos encuentros, en Gijón, en el triunfo ante el que era el equipo más en forma de la Liga en un choque de alta tensión, y ante el Alcorcón, con la victoria y el encuentro más cómodos en casa de toda la temporada. El técnico ha encontrado la fórmula, con ese 4-1-3-2 que deja a Montañés junto a Roger arriba, ha recuperado jugadores básicos y ha dado con un espíritu creíble sobre el césped. Al Zaragoza se le ve otra cara, otra intensidad. Por fin...

EL CALENDARIO

Herrera lo sabe y, por eso, ha redoblado esfuerzos en esta semana en el trabajo de mentalización, en el esfuerzo para que la concentración en la plantilla no baje un ápice. Ha estado más encima, porque sabe que el tren al que se ha subido el Zaragoza puede llevar a Primera. Si el equipo es capaz de hacer pleno, o hasta siete puntos de nueve, ante el Hércules, en el desplazamiento a Miranda el 25 de enero y en la visita a La Romareda del Barça B el 2 de febrero, el paso hacia el retorno a la élite habrá sido de gigante, aunque aún quede camino por recorrer. De momento, el Hércules, que ha sumado 15 puntos de los últimos 21, aunque viene de una derrota dolorosa en el Mini Estadi, llega a una Romareda donde los resultados por fin acompañan al Zaragoza, con tres victorias y un empate en los cuatro últimos partidos, y donde en la última cita, ante el Alcorcón, se volvió a palpar la comunión de la grada y el equipo, otro factor sin duda decisivo y que también así lo considera el propio Herrera.

Piensa el entrenador, y también los jugadores con experiencia en Segunda que hay en la plantilla, que lo difícil en la categoría es la adaptación, y aún ha sido más traumática en el caso del Zaragoza, pero la confianza que da el ubicarse en zona de ascenso es un factor que se juzga decisivo a efectos de la moral.

La semana ha sido, otra vez, movida, con la eclosión del caso Movilla, expedientado para quedar apartado, con la imputación de Moisés García León por fraude fiscal o con la aparición de nuevas demandas por impago (Bienvenu, Romaric), pero Herrera, como en tantas otras ocasiones, ha tratado de que sus jugadores solo mirasen al césped. De nuevo, mucho diálogo y trabajo psicológico. El técnico zaragocista, que lo ha pasado peor aquí que en ningún otro sitio, encontró un camino y no lo quiere extraviar bajo ningún concepto.