El equipo filial del Real Zaragoza ha retomado la actividad individual tras dos meses y medio de parón competitivo. El técnico Javier Garcés ha tenido la primera toma de contacto con sus jugadores. “El vestuario está bien, vamos a empezar con poca ansiedad, cuando llegue el momento, aceleraremos el ritmo, no hay que forzar a los futbolistas. Es un reto importante, un ascenso a Segunda División B, creo que todo el mundo estará muy motivado”, indica el zaragozano.

Será un gran reto para el Deportivo Aragón, pero también para el Tarazona, Teruel y Brea, con los que se verán las caras a partir del 18 de julio en un extenuante ‘playoff’. “En una situación especial a nivel mundial, la solución que se ha adoptado es extraordinaria. En la Liga puedes ir poco a poco, cometiendo errores y corrigiéndolos, hasta llegar a tener tu estructura de equipo. Ahora no sabemos qué estado de forma nos vamos a encontrar y como van a evolucionar los jugadores en estas siete semanas que quedan. Será un campeonato muy corto, jugaremos un día, si ganamos, jugaremos al siguiente y si no, ya no hay opciones”, valora el entrenador.

El zaragozano ha convivido a diario con esta plantilla desde el último año de juveniles y está preparado para su último desafío. “Creo que es un fin de ciclo y la mejor manera de cerrarlo sería ascendiendo a Segunda División B. Fue una generación que abrió camino, llevábamos diez años sin jugar una Copa del Rey juvenil, llegaron ellos, pelearon por el título de Liga, disputaron la Copa. El año pasado fue un año muy difícil y este hemos sido muy irregulares en Liga y estamos por debajo de nuestro rendimiento. Se nos plantea una situación extraordinaria para poder reivindicar a esta generación que hizo un buen arranque y tiene que terminar bien”, concluye el entrenador.