—¿Cómo llegan al partido ante el Real Zaragoza? Ya sin incidencias médicas.

—Lógicamente, igual que el Zaragoza, con el partido anterior muy reciente y con lo normal en estas situaciones, con algunos jugadores todavía con molestias musculares y demás. Dentro de eso, con normalidad y en mejor disposición de afrontarlo que para cuando estaba previsto el partido.

—El Fuenlabrada es uno de los mejores recién ascendidos de las Ligas europeas. ¿Se lo esperaba o ni en sus mejores sueños?

—Lo que tengo presente realmente es que se puede pasar de estar muy bien a no estar tan bien, por lo que nos intentamos centrar en nuestro trabajo. Es una buena noticia para nosotros que los números digan eso, pero prefiero pensar la realidad. La Segunda División es muy dura, tiene un calendario muy exigente y es muy larga. Tenemos que centrar nuestra atención en eso.

—¿Cómo gestiona como entrenador esta buena situación? ¿Deja que haya euforia o les para los pies a sus futbolistas?

—En el vestuario siempre ha habido un ambiente muy humilde, muy sencillo y con gente que ha vivido muchas cosas en el fútbol. No es necesario dar mensajes de que seamos humildes. Sacamos la parte positiva de que nos esté yendo bien, pero sin perder la perspectiva.

—¿Han encontrado el foco de la intoxicación que impidió que se jugase el partido en septiembre?

—No es un tema que me competa. Aquello pasó como pasó e hicimos la solicitud de aplazamiento porque la situación lo merecía. Pasó por unas circunstancias que, para los primeros para los que fueron adversas, fueron para nosotros.

—El Zaragoza accedió de buen grado. ¿Están agradecidos?

—Sí, por supuesto. Desde el principio la predisposición fue la mejor y ahí demuestra el señorío y la jerarquía que tiene como rival. Por una parte lamentamos que al Zaragoza le tocara esta situación, pero por otra agradecemos el comportamiento que siempre tuvo con nosotros.

—¿Cree que otros equipos hubieran accedido al aplazamiento?

—Si yo me viera en esas circunstancias aplicaría el sentido común y me pondría en la situación del otro. Como entrenador le aseguro que aquello no pasó de forma intencionada ni mucho menos. Las circunstancias nos obligaron a hacerlo de esa manera, pero tampoco me había planteado esa pregunta.

—¿Qué partido espera?

—Intentaremos imponer nuestras armas, que son distintas, para intentar ganar. Tenemos una idea de partido que ojalá se parezca a lo que nosotros pretendemos. El Zaragoza es un rival al que no le puedes permitir maniobrar cómodo ni que sus jugadores de calidad reciban con ventaja.

—¿Qué es lo que más le asusta del Zaragoza?

—Es de los equipos que más calidad tiene sin duda de la categoría. Tiene jugadores con experiencia que comprenden muy bien el juego y un estilo muy atractivo y marcado en el que se cuidan los detalles. Confiamos mucho en lo que somos capaces de dar, pero es un rival al que hay que tenerle todo el respeto del mundo.

—¿Dónde sitúa al equipo aragonés al final de temporada?

—Va a pelear por el ascenso. Sinceramente es un equipo de la categoría al que me gusta ver jugar. Creo que tiene que pelear por eso. Hay equipos que le van a disputar ese ascenso, como es el caso del Cádiz, Girona o Huesca, pero el Zaragoza no tiene nada que envidiar.

—¿Cuál es su idea futbolística? ¿Y el Fuenlabrada está cerca de esa forma de juego?

—Nos hemos acercado porque prácticamente llevamos un año y medio trabajando con la idea y el equipo. Soy de la opinión de que al final tu estilo se debe adaptar a lo que te puedes encontrar. Nosotros no vamos a tener un sitio de privilegio en la categoría porque nos enfrentamos a rivales de muchísima calidad y quizá debamos utilizar armas distintas y adaptarnos. Ojalá pudiéramos hacer un juego más combinativo y exponernos más en fase defensiva, pero creo que ese no es nuestro papel en la categoría. Sobre todo, lo que nos puede definir es que nuestro equipo responda a todos los ciclos de juego, que sea camaleónico.

—Si ganan estarán en ascenso directo.

—Dice mucho de lo bien que estamos haciendo las cosas. La competición es muy larga, pero el simple hecho de estar en esa disposición teniendo siempre el ánimo de mejorar, es una satisfacción para mí.