Este Zaragoza es otro…

Veníamos de una racha muy negativa en la que estuvimos mucho tiempo sin sumar tres puntos y, ahora, las cosas, dentro de la gravedad, se ven de otra manera. El equipo está dando la cara intentando ganar partidos y seguir en la línea que llevamos en las últimas jornadas.

El que no cambia es usted. Narváez es, seguramente, el jugador más regular del Zaragoza, del que es el máximo goleador con siete tantos. Ha igualado su mejor marca anotadora y apenas se ha superado el ecuador de la competición.

Siempre intento dar lo mejor de mí en cada partido y trato de mantener una regularidad que venía buscando. Mi objetivo es trabajar bien durante la semana de cara a alcanzar la preparación idónea para el partido y llegar de la mejor forma posible.

¿Qué se hizo tan mal para que el Zaragoza estuviera hundido en la tabla y hayan pasado ya tres entrenadores por el banquillo?

Lo que hemos hablado en el vestuario se queda ahí, pero lo que le puedo decir es que cada jugador hizo autocrítica y es consciente de que somos nosotros los que saltamos al campo y los que ganamos o perdemos los partidos. Es verdad que ya ha habido dos cambios de entrenador, pero lo bueno es quedarnos con la buena dinámica que llevamos con el actual.

¿Ya se divierten jugando?

La confianza ahora es máxima aun estando mal como seguimos en la tabla. Siempre he dicho que no es lo mismo encarar una semana después de una victoria que tras perder y cuando encadenas tanto tiempo sin ganar estás mal mentalmente. Ahora estamos en una buena dinámica, pero el viernes tenemos un partido muy complicado ante un buen equipo al que hay que ganar.

Y usted que en su presentación afirmó que llegaba para luchar por el ascenso y que había un grandísimo equipo…

Sigo pensando que tenemos jugadores para pelear por otros objetivos, pero las circunstancias son las que son y solo nos queda apechugar y apretar para salir de ahí abajo lo más rápido posible.

También dijo que venía como delantero centro, donde usted se siente mejor, pero da la sensación de que es más útil para el equipo en la izquierda, donde le ha instalado JIM.

Cuando estaba Lalo me quería para jugar de delantero centro. Ahora mismo el míster me está tirando un poco más a la izquierda, pero yo siempre trato de dar lo máximo juegue donde juegue y en la posición en la que me necesite el equipo. Arriba hay muchos jugadores que pueden dar la talla y yo intentaré sacar el máximo provecho como extremo y seguir aportando en una posición a la que todavía me estoy haciendo.

Y asumiendo la responsabilidad, por ejemplo, en los penaltis. ¿Es Narváez el líder del Zaragoza o se siente como tal?

No, soy solo un jugador que aporta lo que puede y hace su trabajo. Cada uno tenemos el nuestro y siempre he dicho que los penaltis o las faltas los deben tirar los que más confianza tengan y, por fortuna, pude marcar los dos penaltis que lancé.

¿Seguirá tirándolos o los dejará a otro si tiene más confianza?

Creo que de momento los voy a seguir tirando yo a ver si sigue la suerte.

No la tienen sus compañeros de vanguardia. El Toro sigue sin estrenarse, al igual que Vuckic, que ni siquiera entra ya en las citaciones.

Pero son muy buenos jugadores. Yo los veo a diario y trabajan como el que más, pero no se está traduciendo en goles y eso es bajo lo que siempre se juzga a un delantero. Seguro que cuando se abra la lata vendrán más porque se están esforzando mucho para que sea así.

¿Cómo gestiona un delantero este tipo de situaciones?

Depende de cada persona. En mi caso, yo intento mantenerme tranquilo y trabajar. Por ejemplo, en Málaga no pude marcar la ocasión que tuve, pero no queda otra que seguir y pensar en la próxima.

Se llevó las manos a la cabeza, incrédulo, ante la clara oportunidad desperdiciada.

No me lo podía creer. Dudé un poco si salía o no el portero, pero al final se echó atrás, tapó el sitio donde yo quería tirar y acabé ajustando demasiado el disparo y se marchó desviado.

¿Cómo llevó el interés de algunos equipos por hacerse con usted durante el mercado invernal? Su nombre estaba subrayado en rojo en la lista de clubs como el Elche.

Tranquilo, si le soy sincero. El fútbol es así y cuando hay jugadores que están trabajando bien es lógico que haya equipos que se interesen. Yo soy jugador del Zaragoza e intentaré aportar lo máximo lo que queda de temporada para que el equipo acabe lo más arriba posible y la próxima luchar por otros objetivos.

Pero la situación económica del club viene obligando a vender a sus mejores activos y, en estos momentos, usted es, seguramente, el jugador más valioso de la plantilla. ¿Cómo afronta la posibilidad de salir en verano?

Con tranquilidad. Si le digo la verdad, estoy centrado en hacerlo lo mejor posible de aquí al final de la temporada y cuando se vuelva a abrir el mercado ya veremos.

Otros activos valiosos son los canteranos. ¿Cómo valora la irrupción de Francés, Francho o Azón?

No me sorprende lo que están haciendo porque son grandes jugadores. Se ve desde el primer día cuando un futbolista tiene calidad y personalidad y ellos están haciendo las cosas muy bien. Aquí nadie tiene asegurado el puesto y todo puede pasar, pero tienen por delante un futuro prometedor. Son grandísimos jugadores que, ojalá, sigan creciendo en el fútbol.

¿Llegó a pensar ‘dónde me he metido’?

Nunca llegué a pensar eso. El fútbol te pone muchas pruebas y depende de ti superarlas. Es cierto que nunca había vivido una situación así, pero no me arrepentí de la decisión que tomé. Hay que afrontar la situación en la que estamos y pensar en positivo.

En sus declaraciones siempre ha destacado su compromiso a pesar de llevar apenas unos meses en Zaragoza. ¿Cree que el zaragocismo valora también eso de usted?

La verdad es que la gente me muestra su cariño en las pocas ocasiones que salgo a la calle acompañado de mi chica y de mi hijo. Intentan animarme y eso se agradece porque la gente es parte del Zaragoza aunque, desafortunadamente, no pueden acompañarnos en el estadio, pero sentimos su aliento y su apoyo y les pido que lo sigan haciendo.

¿Se encuentra en un momento de plena madurez en su carrera?

Me siento muy bien tanto a nivel profesional como emocional. De los mejores momentos que he vivido, sí. Pero ahora mismo tengo muchas ganas de seguir trabajando y creciendo. Y también madurando. Sé que vamos a afrontar lo que resta de temporada intentando dar lo máximo para que todo acabe siendo un aprendizaje y el año que viene pelear por otro objetivo, que no puede ser otro que el ascenso.

¿Entonces, el mejor Narváez aún está por llegar?

Tengo muchas ganas de seguir mejorando. Soy muy autoexigente y me gusta siempre hacerlo lo mejor posible y no conformarme. Quiero seguir mejorando y hacerme con la posición de extremo para sentirme cada vez más cómodo y adquirir conceptos que me permitan ayudar al equipo.

¿Cómo es Narváez fuera del campo? Su faceta solidaria es la que más ha trascendido.

Siempre he sido así. Intento, dentro de mis posibilidades, ayudar a la gente. Soy muy tranquilo, me gusta estar en casa con mi familia y aprovechar al máximo el tiempo junto a ellos. También intento ver partidos que hemos jugado para extraer matices sobre lo que he fallado o en lo que he acertado. Creo que eso ayuda a crecer.

¿Qué tal está llevando la pandemia tan lejos de casa?

Gracias a Dios, mi familia está bien, aunque por culpa de la pandemia no han podido conocer a mi hijo, pero esperemos que más pronto que tarde puedan hacerlo, acatando las normas y haciendo todo lo que debemos para regresar pronto a la normalidad.

Apenas tiene 25 años, a los 18 estaba en el Real Madrid y ha pasado por Betis, Las Palmas. Almería, Córdoba…¿Ha madurado a la fuerza?

Se puede decir que sí. Además, a los 16 años hice una prueba en otros dos equipos. Al final, cuando uno quiere cumplir un sueño lucha por él desde la humildad y el trabajo. Pero aún me queda un camino largo por delante y espero que con muchos éxitos.

¿Y ahora con qué sueña?

No me centro en el futuro. Simplemente, espero ayudar cada partido al equipo y que, al final de la temporada, nos demos cuenta de que ha sido un año complicado, aprendamos de los errores cometidos y luchar el año que viene por otras cosas más importantes.