No pudo tener más barreras la celebración del 25 aniversario de la Recopa, ya que a las muchas que puso el covid-19 y el estado de alarma por la pandemia se sumó un día gris, con lluvia en muchos momentos, concentrada más si cabe en las horas donde estaban permitidos los paseos y las salidas a hacer deporte, sobre todo por la tarde, pero la pasión del zaragocismo desborda cualquier obstáculo, aunque sea enorme. El Real Zaragoza había animado a lucir los distintivos del equipo, con la camiseta y el escudo del león rampante a lo largo del día, y a salir esta noche de domingo a balcones, terrazas y ventanas a las 22 horas y 35 minutos y la afición respondió fiel a esa llamada que buscaba exhibir el orgullo por la gesta que cumplió un cuarto de siglo.

A esa hora, la exacta en la que Nayim embocó el balón en las redes de Seaman con una parábola de casi 50 metros para la historia, el zaragocismo, presente con las luces en muchas ventanas de todo Zaragoza y Aragón, se hizo notar, se escucharon aplausos y vítores, se vieron bufandas y banderas y sonó el himno en muchos lugares de la capital y de Aragón, tras un día donde sobre todo las redes sociales se llenaron de recuerdos felices de los que estuvieron en París, de los que lo vivieron desde aquí o de los que les han contado que aquella gesta, aquella Recopa, no fue un sueño en el día en que el Zaragoza reinó en Europa tras ganar al Arsenal.

Es obvio que el recibimiento a los Héroes de París en una Romareda llena en el descanso ante el Oviedo habría sido atronador, que el reencuentro de aquella plantilla en el viaje que estaba empezando a gestarse hubiera supuesto una felicidad tremenda y que Zaragoza, en circunstancias normales, habría recordado de manera mucho más masiva el título. Pero este domingo, con esas barreras, también estuvo ahí, dejando claro que la pasión resiste al paso del tiempo y a cualquier muro, por grande que sea, porque para enorme es el corazón blanquillo. «Hace muchos años tuve la suerte de hacer feliz a mucha gente. Desde entonces y durante 25 años mucha gente me ha hecho muy feliz a mí. Y esa ha sido mi mayor suerte. Gracias Zaragoza», escribió Nayim en su Twitter. Una gratitud y una pasión que son mutuas.