Toda una reinvención la que ha vivido el Mirandés este verano. De aquel equipo que deslumbró con Andoni Iraola hasta convertirse en la sensación hasta el parón y por su brillante papel en la Copa, se ha transformado en otro con menos capacidad en ataque, pero que da muestras de ser más fiable defensivamente que el curso pasado, donde acabó la Liga con 59 goles encajados. Hasta 18 caras nuevas tiene el conjunto rojillo, donde solo siguen los guardametas Limones y Lizoain, el lateral derecho Carlos Julio, el centrocampista Andrés y el delantero Mario Barco.

El proyecto construido por Chema Aragón desde los despachos, con poco más de 4 millones de límite salarial, apostó por José Alberto para el banquillo tras abandonar el técnico asturiano su zona de confort en el Sporting, donde desde Mareo llegó hasta el primer equipo para ser destituido a mitad de la temporada pasada. De esos 18 futbolistas recién llegados bajo la batuta de Aragón, auténtico artífice de este Mirandés competitivo en la categoría de plata, 12 han ariibado en forma de cesión. A saber: Jirka (Estrella Roja), Iván Martín y Jackson (Villarreal, Schutte (Río Ave), Moha y Víctor Gómez (Espanyol), Berrocal (Sevilla), Dani Vivian (Athletic), Javi Muñoz (Alavés), Sergio Moreno (Rayo), Näis Djouhara (Real Sociedad) y Pablo (Levante). Todos jóvenes, con hambre y dispuestos a que la plantilla con menor media de edad de Segunda, con menos de 24 años, sea también la más competitiva.

Tienen además el espejo de otros jugadores que han pasado por Anduva y que han crecido allí. Ya no están los Malsa (Levante), Merquelanz y Guridi (Real Sociedad), Íñigo Vicente (Athletic) o Marcos André (Valladolid), que pusieron rumbo todos a Primera, tampoco Andoni Iraola, candidato al banquillo del Zaragoza y al que le sobraron destinos para elegir al final el Rayo, pero el Mirandés ha sabido reinventarse y de momento presenta una cara bastante consistente, si bien apunta a sufrir mucho más por la permanencia que el curso pasado, donde hasta llegó a soñar con el 'playoff' para desinflarse en el tramo final y quedarse en la zona media de la tabla.

La diferencia en los goles

Esta campaña, el Mirandés no ha logrado ganar en Anduva, después de su buen nivel en su feudo el curso pasado, pero es un bloque mucho más sobrio, con una buena pareja de centrales (Vivian y Berrocal) y que tiene talento en la medular y arriba, sobre todo en Jirka, Moha e Iván Martín, aunque le falta gol en su delantera, donde las lesiones de Barco y Schutte han dejado el protagonismo a Sergio Moreno, que hasta ahora no ha visto puerta.

Ninguno de los delanteros del Mirandés lo ha hecho, porque el equipo de José Alberto solo ha anotado seis dianas, las mismas que ha encajado. El curso pasado a estas alturas había anotado cuatro goles más (10), pero también ahora ha recibido nueve dianas menos que en los ocho partidos iniciales, donde llegaba hasta 15. El dato refleja a las claras la revolución y la evolución de un Mirandés casi nuevo que ahora es mucho más consistente, pero menos eficaz y vistoso en ataque.