En la jerga juvenil fue el fichaje más random del verano. En la terminología clásica, un bombazo. Kagawa se había marcado un nuevo objetivo en su prolífica carrera, que lo había llevado a la cumbre en Alemania e Inglaterra, aunque ya empezaba a trazar cierta curva descendente después de su experiencia en Turquía, una Liga de evidente menor nivel que las anteriores, en las que había brillado con una luz radiante. Kagawa quería jugar en España. Sus servicios fueron ofrecidos entre los clubs de Primera División a los que pudiera interesar su perfil. No fructificó nada. En ese punto fue en el que apareció el Real Zaragoza y entre las partes pronto surgió un dulce enamoramiento que culminó en una presentación fastuosa y multitudinaria en La Romareda.

Su inicio de Liga fue prometedor, pero luego cayó en un vacío que todavía no ha encontrado cómo llenar. En Las Palmas, Víctor Fernández le volvió a conceder un lugar en el once. Su presencia desplazó a Puado a una banda. Al japonés, de 30 años para 31 en marzo, el principal foco de expectativas veraniegas y el principal foco de frustraciones invernales, le está ocurriendo como a muchos futbolistas con un kilometraje elevado en las piernas. Le falta chispa, vivacidad, ese segundo de más que ahora parece un segundo de menos. El regalo del portero de Las Palmas y su lentitud de reacción en el regate fue buena muestra de que las órdenes de su cabeza tardan en llegar a su aparato locomotor.

Calidad sigue teniendo y eso siempre es un punto a favor. Ahora mismo su pieza chirría en el engranaje. Su sol es menguante. El de Luis Suárez, creciente. De su ímpetu, de su furia, de su vehemencia en la pelea de cualquier balón volvió a nacer un penalti que transformó Ros en el tanto de la victoria. Un triunfo que iguala en puntuación al Real Zaragoza con el Almería y que le ratifica en serio y consistente candidato a todo. Porque los equipos que aspiran a las cotas más altas son estos, los que ganan en cualquiera de los escenarios y sobreviven a los pasajes hostiles como los de la segunda parte en Las Palmas.