El reducido límite salarial del Real Zaragoza, clase media baja de la Segunda División, ha obligado estos años al club a construir sus plantillas con una base generosa de futbolistas con salarios bajos y a apoyarse en jugadores de la Ciudad Deportiva cuyos sueldos son también mínimos. Sin embargo, a pesar de las apreturas, la Sociedad Anónima continúa teniendo la posibilidad de hacer pequeños desembolsos y de acometer algunas operaciones interesantes, con capacidad de competir cuando sale al mercado. Por la primera de esas vías llegó James Igbekeme desde Portugal, con un pequeño traspaso, y por esa misma ha firmado este verano Pichu Atienza a cambio de 450.000 euros para el Numancia, fraccionados a partes iguales en tres pagos en tres años.

Por la segunda ruta, la del mercado a sueldo limpio, es por la que se está moviendo ahora mismo el Zaragoza en busca del delantero principal de la plantilla, el punta de referencia y una de las piezas claves para definir las aspiraciones del equipo la próxima temporada. En este caso, porque el club busca una apuesta sólida, de calidad y sin experimentos, la contratación en propiedad será casi ciencia ficción. Eso sí, la cantidad de dinero que la SAD puede destinar al nueve es más que respetable. Para competir.