Era el mandato de César Alierta, máximo accionista de la entidad zaragocista, y la decisión que tomó, no sin algunas reticencias en cuanto a lo que podía suponer en los cambios en la directiva, el Consejo de Administración el pasado jueves, pero ahora se puede decir que ese deseo, el del retorno de Víctor Fernández, está más lejos que nunca. Prácticamente imposible porque no hay acuerdo. De hecho, el Zaragoza ya trabaja en otros escenarios, en hasta tres alternativas para el banquillo en concreto, porque la destitución de Iván Martínez es un hecho y llegará este jueves, cuando está prevista una reunión del consejo en la que el director deportivo, Lalo Arantegui, expondrá los posibles relevos en los que ha trabajado. Alguno sigue siendo imposible como Pacheta y otros como Julio Velázquez, Djukic, Paco Jémez o Víctor Sánchez del Amo no están por ahora en la terna.

Sin la opción que representaba Víctor, la SAD escuchará a Lalo y decidirá, por lo que este jueves se esperan novedades en el banquillo zaragocista. Salvo cambio de idea, no habrá un nuevo intento con el técnico zaragozano. En la mañana de este miércoles hubo una reunión de los máximos responsables de la entidad con Víctor, aunque no acudió el entrenador y sí se habló con sus más estrechos colaboradores, y no se llegó a un acuerdo y ahora mismo se puede decir que la posibilidad de que el técnico que más partidos ha dirigido al Zaragoza regrese en un puesto de entrenador y mánager deportivo es casi nula, inexistente.

El papel del director deportivo, Lalo Arantegui, que sigue teniendo apoyos muy claros en el consejo, es una de las claves para que no se dé ese regreso. Víctor no ha pedido que no siga, pero sí espera ejercer una serie de funciones que relegarían a Lalo a un papel muy secundario. Dicho de otro modo, la sensación es que el director deportivo tendría que salir antes de la llegada del técnico. Desde la entidad se estima que ambos pueden convivir en el proyecto. El despido de Lalo, y del secretario técnico, José María Barba, en todo caso, no supone un grave problema económico, ya que el club les puede abonar el importe de su contrato mes a mes en los próximos 4 años y solo el 50% de lo que perciben (Lalo alrededor de 250.000 euros anuales y Barba en torno a 85.000).

En el esfuerzo del club en el mercado de enero, donde Víctor ve necesario una revolución absoluta está otra de las claves. La SAD dispone de unos 800.000 euros de su límite salarial que tendría que justificar con ingresos y puede aumentar esa cantidad por encima del millón dependiendo de varias salidas. El técnico quiere un cambio de rumbo en el proyecto, que sea mucho más ambicioso y poderoso en lo económico, aunque eso incluya la entrada de capital externo al de los actuales patronos de la Fundación. Pero esa solución, al menos en la entrada de un desembolso importante, difícilmente va a llegar a corto plazo. Víctor también ve un clima de crispación en el club, de falta de consenso en su llegada, sobre todo en lo que se refiere a la idea de que pueda coexistir con Lalo, y también un ambiente de tensiones que le aleja de la SAD.