El Real Zaragoza medita pasar a la acción y exigir daños y perjuicios por el posible amaño del último partido de la pasada temporada que enfrentó en El Alcoraz al Huesca y al Nástic y que concluyó con 0-1 para los catalanes. La decisión del club aragonés se produce a raíz de las declaraciones a El Mundo realizadas por el exjugador del Huesca, Íñigo López, en las que aseguraba que el triunfo del Nástic se debió a un «pacto» previamente acordado entre los jugadores.

Las palabras del defensa, actualmente en las filas del Deportivo, provocaron la apertura, ayer, de un procedimiento de información reservada por parte el Juez de Disciplina Social de La Liga sobre la posible predeterminación de ese resultado para discernir la posible responsabilidad de Nástic y Huesca, Además, esas manifestaciones del exjugador del conjunto oscense, considerado por la investigación de la operación Oikos como un intermediario en la trama de amaños de partidos, provocan que, si existiera esa responsabilidad, expuso ayer una nota de LaLiga, podría dar lugar «a las consecuencias disciplinarias oportunas por posible infracción del artículo 69.2.i) de los Estatutos Sociales de LaLiga». «Se consideran como infracciones muy graves: Las actuaciones dirigidas a predeterminar, determinar o alterar en cualquier tiempo y/o forma, mediante precio, intimidación o simples acuerdos, el resultado de un partido o competición», expuso la organización.

OBLIGADO

Todo eso llevó al Real Zaragoza a emitir un comunicado en el que advirtió que el club «se ve obligado a estudiar las posibles acciones a llevar a cabo en defensa de sus legítimos intereses». El breve escrito no especifica si la entidad no descarta presentar una denuncia, tal y como ha hecho el Girona en referencia a otro partido investigado, el Valladolid-Valencia de la recién concluida temporada. De hecho, desde el Real Zaragoza no se aportaron más detalles acerca de la posible reclamación. En todo caso, todo apunta a que esta se ceñirá a la solicitud de una indemnización económica que oscilaría entre los 45 y los 50 millones de euros en concepto de derechos de televisión que el club aragonés habría dejado de percibir por no culminar el ascenso a Primera.

Porque el Zaragoza pretende esgrimir que es el principal damnificado por el posible amaño del resultado de aquel partido en El Alcoraz, ya que el Huesca acabó segundo -y por consiguiente logró el ascenso directo- con cuatro puntos de ventaja sobre el equipo blanquillo. En este sentido, una de las sanciones que recoge el Código Disciplinario de la federación para casos muy graves como el amaño de un encuentro es la resta de seis puntos en la tabla, lo que, en caso de ejecutarse, dejaría al Zaragoza por delante en la clasificación.

Pero la entidad zaragozana, en principio, no tiene previsto realizar una reclamación de este tipo, sino económica. En cualquier caso, fuentes de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) consultadas por este diario recordaron que «la causa penal sigue abierta y está vigente el secreto de sumario», por lo que, mientras esta situación continúe, «hay que dejar que se investigue».

Desde el Real Zaragoza, sin embargo, se asegura que el asunto todavía no está en manos de los abogados, aunque fuentes de la entidad admiten la posibilidad cierta de reclamar una indemnización para exigir la compensación de esos daños y perjuicios. Sin embargo, tampoco esta opción parece demasiado viable, ya que la Fiscalía ya desestimó el derecho a la indemnización reclamado por el Deportivo cuando el club gallego reclamó tras la investigación del posible amaño del Levante-Zaragoza de la temporada del 2011 que salvó a los aragoneses y condenó al Depor.

Ahora, la apertura del nuevo procedimiento por parte de LaLiga podría derivar en la incoación del expediente disciplinario o en el archivo de las actuaciones. De cualquier modo, en el seno del Huesca sigue imperando el optimismo acerca de un desenlace rápido que favorezca sus intereses. Desde el club se insistió ayer en que confían en que el juez archive la causa abierta contra el club como entidad jurídica, algo que, esperan, podría producirse en un par de semanas.