El Real Zaragoza mantiene en estudio y sin, de momento, carácter inminente las medidas para aliviar la grave crisis de tesorería que supone la suspensión indefinida de la competición mientras dure el estado de alarma por la pandemia del coronavirus. El club está analizando los dos escenarios, la posibilidad de hacer un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que, como aseguró el propio presidente, Christian Lapetra, es una alternativa que está sobre la mesa y que nadie en absoluto descarta, y la rebaja salarial en la primera plantilla, medida que está ya tanteando en Primera el Barcelona, aunque desde el Zaragoza se piensa que esta solución tiene que llegar de la mano de una negociación colectiva de LaLiga y la AFE, la Asociación de Futbolistas Españoles. La reunión de la Junta de División de la patronal de los clubs la próxima semana puede aclarar el panorama.

LaLiga, tras la declaración conjunta del lunes con la Federación, se reunió por vía telemática en la Comisión Delegada, donde no está el club zaragocista, y en ella se hizo una clara declaración pública en la que se aseguraba que «se apoyará, asesorará y ayudará a la coordinación de aquellas solicitudes de ERTE por fuerza mayor que los clubs consideren oportuno presentar». Hasta ahora, los 42 equipos que integran Primera y Segunda no han tomado medidas firmes y parece haber más inclinación en una rebaja salarial de los jugadores que en un ERTE, que clubs como el Valencia o el Real Madrid ya han anunciado públicamente que no harán.

El problema es que nadie sabe cuándo se podrá reanudar la competición, si lo hace, claro está. El escenario de la suspensión definitiva de la competición cobra fuerza, porque no es tan sencillo alargar los contratos y las cesiones que acaban el 30 de junio. Se podría llegar a acuerdos puntuales y globales para un corto espacio de tiempo, quince días por ejemplo, pero no si la competición tuviera que seguir en agosto o en septiembre. El otro escenario, jugar a puerta cerrada, es más que factible que se pueda hacer antes, pero también supone nulos ingresos en taquillas. Otra pérdida importante la suponen las tiendas del club y el material oficial, que ahora ya no se puede adquirir de forma presencial.

Las pérdidas de una cancelación total en Primera y Segunda arrojarían unos 678 millones de euros: 549 millones por televisión, 88 por abonos y 41,4 por taquillas. Los clubs dejarían de ingresar un 29% de sus derechos de TV si se cancela el torneo. Es decir, 435 millones de los 1.664 que perciben en Primera y 48 del total de 185 de Segunda, ya que las televisiones no pagarían las 11 jornadas que restan en la élite y en la categoría de plata y el 'playoff' en esta última. Las pérdidas por taquillas en Segunda rondarían los 2,5 millones y las de los abonos superarían los 9 millones.

Unos dos millones en TV

El Zaragoza tiene presupuestados en esta temporada unos ingresos de 15,7 millones, con 7,3 por televisión. Si los derechos televisivos no se abonan en ese 29% el daño es considerable, más de dos millones de euros. Mientras, los abonos, cargados a los socios a principio de temporada suponen unos 4,6 millones del presupuesto y el límite salarial de la plantilla en la actualidad es de 8,1 millones.