Gabriel Toro Fernández ya es jugador del Real Zaragoza. El club hizo oficial, a primera hora de la tarde de ayer viernes, el fichaje del delantero uruguayo, de 26 años, que, de este modo, se convierte en la octava incorporación para Baraja. Con su llegada, el técnico completa una delantera integrada también por Vuckic y Narváez tras la feliz culminación de una negociación que se aceleró en las últimas horas a pesar de que Rayo Vallecano, el otro gran aspirante, junto al Tenerife, a hacerse con el futbolista, se resistía a darse por vencido y realizó un último esfuerzo por convencer al jugador. Pero este, que ya no se ejercitó ayer con el Celta, y el propio club vigués ya habían decidido su nuevo destino.

Con Fernández, el Zaragoza adquiere un delantero centro nato. Un nueve con buen manejo de las dos piernas y notable juego aéreo y de espaldas que necesita minutos después de haber participado muy poco la pasada campaña con el Celta, en el que jugó 20 partidos, pero solo fue titular en cinco de ellos. Marcó un tanto, ante el Valencia hace más de un año, y nunca terminó de adaptarse, quizá lastrado por la mala situación deportiva del Celta a lo largo de toda la temporada. Fernández es un jugador de área y potente, que, aunque la velocidad no sea su principal virtud, es generoso en el esfuerzo y en la presión. Es, seguramente, el delantero más posicional de los tres atacantes zaragocistas y el complemento que faltaba y que reclamaba Baraja.

La salida del Toro era necesaria para que el Celta pudiera inscribir en LaLiga al internacional peruano Renato Tapia, fichado este verano del Feyenoord holandés. Pero, aunque sin sitio en la plantilla, la entidad gallega está convencida del potencial del delantero y, por ello, Fernández llega a La Romareda cedido por una temporada y ambos clubs se reparten los 800.000 euros que percibe el futbolista, al que todavía le restan tres años de contrato con el Celta, que pagó 4 millones de euros al Peñarol para hacerse con sus servicios como recambio de Maxi Gómez, traspasado desde el Celta al Valencia.

La trayectoria del nuevo jugador zaragocista viene avalada por su estrecha relación con el gol. Formado en las categorías inferiores del Defensor, Fernández llegó al Celta tras anotar casi una veintena de tantos en algo más de 50 partidos con el Peñarol.

EXTRACOMUNITARIO

Con el fichaje del uruguayo, el octavo después de los de Chavarría, Bermejo, Jair, Vuckic, Zanimacchia, Narváez y Adrián, el Zaragoza necesita liberar al menos una de las dos plazas de extracomunitarios que actualmente ocupan Raí y Kagawa. Todo apunta a que ambos saldrán del club, aunque, en el caso del primero, Baraja quiere verlo, ya que una lesión sufrida con el Ibiza en el playoff de ascenso a Segunda B ante el Cornellá, el pasado mes de julio, ha impedido al atacante ejercitarse con normalidad. En todo caso, su destino sería un club de Segunda A o Segunda B y, seguramente, a través de una desvinculación con el Zaragoza, con el que le queda un año de vínculo contractual.

En lo que respecta a Kagawa, el jugador se resiste a salir. El nipón quiere seguir en España y estaría dispuesto a rebajar los 400.000 euros que percibe de salario para continuar en el Zaragoza, pero el club necesita liberar masa salarial y la ficha del japonés, que ha rechazado suculentas ofertas económicas por ejemplo de Catar, es una de las más elevadas.