No hay una única manera de ganar un partido. Tampoco una batalla. Todo puede caer de un golpe certero o con la paciencia del cambio invisible de los pequeños detalles. En la lucha por la igualdad de género hay distintos caminos y ritmos. La exigencia de una huelga como la de hoy no excluye otros proyectos que a fuego lento generan estructuras de transformación consolidada. El deporte es uno de los focos de mayor atención donde la mujer está adquiriendo un mayor reconocimiento y normalización.

Siempre fieles, sin reblar, es el lema del Huesca y podría ser el de las mujeres que hoy celebran su 8-M. Ambas intenciones confluyen en la sección de fútbol femenino que cuenta en esta su segunda temporada de operatividad y 60 futbolistas orgullosas de jugar como una chica. Mientras los chicos están en plena lucha por el descenso, el 2019 podría volver a ser el año del ascenso para ellas.

El proyecto femenino de la SD Huesca arrancó hace dos años aprovechando un contexto positivo. El éxito de una convocatoria para hacer pruebas reveló la necesidad de ampliar la oferta de la provincia. Los éxitos de la selección, la recogida de patrocinios, la atención de los medios y de los aficionados y la inclusión de los clubs masculinos ayudó a que el Huesca se tirase a una piscina llena por el trabajo hecho por entidades locales como Peña Ferranca o Peñas Oscenses.

La contratación de dos piezas clave como Azucena Garanto, directora, y Verónica Rodríguez, como coordinadora deportiva y entrenadora del primer equipo, fue el salto de calidad de una estructura que no pretende solo cubrir un hueco hacia la profesionalidad. «Es una decisión que se toma en un momento oportuno, que da la casualidad que el fútbol femenino desde hace muchos años, se trabaja poco a poco, en silencio, pero ahora por las circunstancias sociales está tomando ese impulso, se esta visibilizando», argumenta Garanto.

En esta segunda temporada son cuatro las plantillas que arman la punta de lanza de un programa ambicioso, con objetivos claros, pero sin prisas. La opción del ascenso a Segunda, algo no forzado, pero que no se va a obviar, permitiría dar un brinco para escalonar por edades y niveles a los dos grupos seniors de Territorial, etapa que en femenino empieza en cadete (trece años) por lo que caben todo tipo de inquietudes competitivas y de sociales. «Estamos contentas de poder ofrecer un espacio y una estructura de proyecto con las mayores garantías para que aquellas jugadoras que quieran divertirse, se diviertan, las que quieran competir, compitan, y las que tengan posibilidades de ser profesionales, puedan dar ese paso», admite.

Tampoco hay que obviar la construcción de la base con un grupo de chicas benjamines, otro alevín y la idea de crecer con un infantil. Crear una base sólida de la pirámide. «Nuestra responsabilidad es decirles a los nuevas generaciones cómo hemos estado, no como queja, pero que sean conscientes de lo que pueden disfrutar no ha caído del cielo, que hay que pelearlo. Y pelear todos los días es que cumplan, y que algunas puedan comprometerse por las generaciones que vienen», añade Garanto.

Poder contar con un programa potente en Huesca da cobertura para que no tengan que emigrar los principales talentos de la provincia. Chicas de localidades como Gavín, Biescas, Barbastro, Sabiñánigo o Jaca pueden ahora bajar a los campos de San Jorge para fomentar su deporte, desligarse de equipos mixtos y sentirse mas cómodas. «Estuve varios años bajando varias veces a la semana a entrenar a San Juan de Mozarrifar o a Villanueva de Gállego. Teníamos que bajar a Zaragoza. Lo mas importante son las chicas pequeñas, que ya no ven raro jugar al fútbol porque nos ven competir a las mayores», recuerda Laura Salinas, oscense de 33 años que este año ha entrado en la plantilla.

A la par, para fortalecer los inicios y dar un mayor grado competitivo, jugadoras de Zaragoza y hasta de Lérida, como el último fichaje de Laia Blanc, complementan la base del grupo que lidera la primera fase tras 17 jornadas donde sólo ha cedido un empate y ya está clasificado para el playoff.

Dar los mejores medios y servicios, los mismos que sus compañeros masculinos, con dos sesiones semanales, más una física, controles médicos y podológicos, seguimiento de los fisios, ampliar la cobertura de los medios... buscar la no diferencia. La igualdad real, sin necesidad de convocar eventos especiales, sino entrar en la línea, tanto de juego como de valores educativos de todo el club. Pero aún queda mucho: mejorar la conciliación con trabajo, familia y deporte, erradicar y señalar los comportamientos machistas que rodean al deporte... Hacer del fútbol un deporte sin género. Que sea únicamente fútbol.