Lo hice yo". Con esa rotundidad confesó sus crímenes el presunto autor de los asesinatos de las dos policías de Bellvitge (Hospitalet, Barcelona), Pedro Jiménez García, de 35 años, a los guardias civiles que lo detuvieron el jueves en Girona. Anoche, el acusado comenzaba a declarar formalmente ante los Mossos. Fuentes de la policía autonómica dijeron que se espera que el interrogatorio se efectúe en varias sesiones y que concluya el sábado por la noche.

Después de su detención en una chabola, Jiménez se pasó más de dos horas en el cuartel de la Guardia Civil de Gerona sin pronunciar palabra ni expresar ningún tipo de arrepentimiento. Tras ese periodo de tiempo de una gran frialdad, el detenido admitió haber matado a las dos mujeres en Hospitalet de Llobregat, así como que desconocía por completo que eran policías. Como en otras ocasiones, asaltó a una joven --una cualquiera-- en una portería y la obligó a subir hasta su piso. Esta vez, se encontró con otra chica dentro, y las mató a las dos.

DECLARACION FORMAL De madrugada, la Guardia Civil lo entregó a los Mossos de Gerona, que lo trasladaron hasta su comisaría de Hospitalet, donde se encuentra ahora. Por la mañana, antes de comenzar la declaración, Jiménez fue examinado por varios médicos forenses que no encontraron ninguna patología importante y le consideraron capaz de contestar a las preguntas.

Contra lo que pudiera pensarse de un hombre que cometió asesinatos tan espantosos, los psiquiatras consideran que se trata de una persona "normal". Los médicos subrayaron que no es un hombre desequilibrado, pese a que se comporte como un psicópata. Por contra, recalcan que Jiménez, pese a sus disfunciones sexuales, en todo momento es consciente de sus actos y sabe discernir entre el bien y el mal.

El tipo de personalidad recuerda mucho a la del presunto asesino del Putxet (Barcelona), Juan José Pérez Rangel, detenido y encarcelado por el asesinato de dos mujeres en enero del 2003 en un párking de la ciudad condal. El hombre fue detenido gracias a la grabación de una cámara de la estación de Padua de la red catalana de ferrocarriles.

CAPTADO EN UNA CAMARA En el caso de Bellvitge, el presunto asesino también fue registrado por una cámara. En esta ocasión de un cajero automático, cuando pretendía sacar dinero con la tarjeta de una de las dos policías asesinadas en Hospitalet de Llobregat.

Los investigadores tienen el cuchillo con el que presuntamente mató a las policías, de 15 centímetros de hoja. Lo encontró un empleado del restaurante La Oca, junto a la plaza de Francesc Maci de Barcelona. El arma estaba en una bolsa de plástico, junto con unas zapatillas manchadas de sangre, dentro de la cisterna del lavabo del local.

Las zapatillas son del mismo número que utiliza Jiménez. Ahora, la policía científica analiza los restos de sangre para cotejarlos con los de las dos agentes. Además, las características del cuchillo, según los expertos, lo hacen compatible con las heridas sufridas por las agentes en prácticas María Aurora Rodríguez, de 23 años, y Silvia Nogaledo, de 28.

CONFIRMACION DE LA AUTOPSIA La autopsia confirmó ayer la brutalidad empleada contra las dos agentes, que fueron golpeadas y apuñaladas hasta la muerte. Los forenses subrayaron que Silvia Nogaledo fue objeto de vejaciones sexuales. Sin embargo, no hay signos de que el criminal penetrase a ninguna de las dos chicas, probablemente debido a la impotencia que, según los forenses, sufre su presunto asesino.