José Luis Espinoza ha estado persiguiendo una vacuna contra el coronavirus durante más de tres semanas. No había abrazado a su padre de 98 años en mucho tiempo y esperaba que una vacuna cambiara eso. La semana pasada, encontró oro en Santa Fe Springs. "Fue la última dosis que me dieron y yo fui el afortunado", ha explicado el hombre, de 68 años.

La búsqueda de dosis de vacunas sobrantes es generalizada y competitiva en Los Ángeles. La espera puede durar horas a las puertas de una clínica o lugar de vacunación, y la mayoría de las personas se marchan sin vacuna.

Las clínicas tienen dosis sobrantes cuando las personas cancelan sus citas en el último minuto o no se presentan. Una vez abiertos, los viales de la vacuna tienen una fecha de caducidad: 5 días para la vacuna Pfizer y 30 días para la Moderna.

"Necesitamos asegurarnos de que si vamos a sacar esa vacuna, tenemos a las personas suficientes inscritas y los recursos y la cita programados", dice Will Baker, gerente de la clínica del servicio de ambulancia privada CARE Ambulance, enfatizando la importancia de no desperdiciar ninguna de las preciosas dosis.

Sin garantías

Los 'cazadores de vacunas' han sido criticados por recibir dosis cuando no es su turno, quizás quitándolas a alguien que podría necesitarlas más . "Estoy aquí con la esperanza de que quede algo", dice Cynthia Pérez, de 48 años, la primera en llegar cuando la clínica de Santa Fe Springs abrió a las dos de la tarde.

"No estoy tratando de saltarme la cola. Solo estoy tratando de aprovechar cualquier vacuna o cualquier dosis que pueda desecharse", dice. Pérez explica que tiene un hijo con asma y que ella misma tiene mala salud, y agrega: "Estoy tratando de adelantarme un poco y mantenerme saludable".

A medida que avanza la noche, la cola de 'cazadores' fuera de la clínica crece y Baker anota los detalles. A lo largo del día, cuenta las dosis que quedan en cada estación de vacunación, revisa la lista de citas y hace los cálculos.

Cuando la clínica cerró a las 6 de la tarde, y quedaba una sola dosis, llamó a Espinoza.

"Repasé las pautas y busqué a cualquier persona en la cola que fuera 1A", cuenta Baker, refiriéndose a la primera categoría de asignación de vacunas recomendada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU.

"Tuvimos una persona en la cola que cumplía con los criterios 1A y pudimos ponerle una vacuna hoy", manifestó, antes de salir y decirle al resto de la cola que no había más dosis para el día, disculpándose y agradeciendo a todos por su paciencia.

Pérez recogió su bolso y se dirigió a casa, decepcionada pero no disuadida. "No puedes estar molesto. Nunca está garantizado", dijo.