La obesidad infantil crece de forma inusitada. España, con un 16% de niños obesos, se ha colocado a la cabeza de Europa, por detrás del Reino Unido. Hace sólo 15 años, este porcentaje apenas llegaba al 5% e, incluso, en el año 2000 Grecia, Malta e Italia presentaban cifras mucho peores. "El crecimiento ha sido muy rápido", lamentó ayer la ministra de Sanidad, Elena Salgado, después de hacer públicos estos datos.

Salgado advirtió de que la obesidad está adquiriendo en España un "carácter de epidemia", ya que el 14,5% de los adultos son obesos y un 39% sufre sobrepeso. Además, según sus datos, se observa una tendencia ascendente y un inicio cada vez más precoz de este trastorno.

CONTRA LA COMIDA RAPIDA Salgado criticó la evolución de la dieta mediterránea hacia el denominado fast food (comida rápida), y subrayó que el problema está adquiriendo "especial relevancia en los niños", junto con la tendencia al sedentarismo en momentos de ocio (televisión y videojuegos). En la última encuesta del Ministerio de Sanidad, el 50% confiesa que no hace ejercicio.

Salgado aseguró que el departamento que dirige está "muy preocupado" por la situación y que antes de final de año lanzará una campaña para promover buenos hábitos alimentarios entre la población y especialmente entre los escolares. La iniciativa, según explicó en el Senado, irá acompañada de una estrategia de educación, en colaboración con las autoridades y la comunidad educativa para prevenir y orientar a los escolares.

La ministra señaló que su departamento llevará a cabo una actuación específica con los inmigrantes, porque probablemente sus regímenes alimenticios son distintos y conviene orientarles sobre la dieta más conveniente para sus hijos una vez que están en España.

"Es posible que los inmigrantes no encuentren la misma comida y recurran a productos industrializados de comida rápida para alimentar a sus hijos, con los riesgos que esta alimentación conlleva para el sobrepeso y la aparición temprana del colesterol", explicó Salgado.

ESPERANZA DE VIDA Los últimos estudios oficiales muestran que las zonas geográficas más afectadas por la obesidad infantil son Canarias y Andalucía, mientras que el noreste peninsular presenta cifras más bajas. Sin embargo, los expertos consideran que no es cuestión de latitudes, sino del nivel económico y cultural que tengan los ciudadanos. En los países desarrollados las clases menos favorecidas son las más obesas, ya que se preocupan menos por realizar actividades físicas y por el perfil alimentario. "Si no se toman medidas, las consecuencias sociales podrían ser dramáticas. Por ejemplo, podría ocurrir que la siguiente generación tenga una esperanza de vida menor a la de sus padres", advirtió Salgado. Algunos estudios indican que la obesidad acorta la esperanza de vida unos 13 años.