Tras uno de los juicios más espectaculares y morbosos en la historia alemana, Armin Meiwes, conocido como el caníbal de Rotemburgo , fue condenado ayer a ocho años y medio de cárcel por haber matado y comido parte del cuerpo de un hombre para satisfacer una fantasía sexual.

Meiwes, informático de 42 años, recibió ayer la sentencia. "El no quería ser un asesino", explicó su abogado, Harald Ermel. La sentencia no habla de asesinato, sino de homicidio. "La muerte y descuartizamiento eran parte de un acuerdo entre víctima y verdugo", declaró el juez.

El ingeniero berlinés Bernd Brandes quería que Meiwes ingiriera su cuerpo y aceptó morir porque las fantasías sexuales ya no le resultaban suficientes. Quería realizarlas y encontró en un chat de internet a Meiwes, que se hacía llamar Franky y buscaba "hombres de constitución normal, entre 18 y 30 años, para descuartizamiento real e ingestión".

TEMOR A QUE REINCIDA El magistrado reconoció que hubiese preferido que Meiwes fuese internado en un hospital psiquiátrico, ante el temor a que reincida, pero fue declarado capacitado para cumplir la pena en prisión. "A mediados del 2008 estará fuera por buen comportamiento", dijo el abogado defensor, que aseguró que Meiwes ha prometido que se someterá a una terapia.