La recta final de legislatura puede suponer un punto de inflexión en la política de personal que ha seguido el Ayuntamiento de Zaragoza en los últimos cuatro años. Con casi un millar de vacantes por cubrir en la plantilla, el consistorio de la capital aragonesa podría desbloquear por fin la situación en la que se encuentra su oferta de empleo público y contratar en los próximos cuatro o cinco años a unos 500 nuevos trabajadores. Unas incorporaciones que ya debían haberse producido si no fuera porque solo se han cumplido un 30% de las plazas que se preveían ofertar en el periodo 2006-2009. Así que llega con cinco años de retraso y con una plantilla mermada por las jubilaciones. Nada menos que 449 en el periodo 2011-2014, casi la mitad de los puestos que faltan por cubrir.

Los sindicatos urgen un revulsivo a todos los grupos municipales. Por el bien de la plantilla municipal pero también por los servicios, que ya están sufriendo las consecuencias del bloqueo que se lleva aplicando, por restricciones legales o por inacción política, en los últimos cinco ejercicios. En tres años solo se han convocado oposiciones para 80 plazas de auxiliar administrativo, otras 40 de oficiales polivalentes y 60, las últimas, de oficiales para instalaciones deportivas. Menos de 200 puestos que, además, no son casualidad que hayan sido convocados, ya que eran los únicos que no conllevaban coste adicional para las arcas municipales.

APUESTA POLÍTICA

Esos procesos de selección trataban simplemente de ocupar con plaza de funcionario algunas de las que se estaban cubriendo con interinos. De manera que se consolidaba el empleo, pero no aumentaba la plantilla, ni tampoco el gasto. Ahora la Junta de Personal busca otra cosa, una apuesta política en el equipo de Gobierno socialista y en el resto de grupos municipales que sirva para resucitar otros tantos procesos de selección que también se incluían en la oferta pública de empleo 2006-2009. Y eso es, precisamente, lo que está estudiando Régimen Interior. Con la esperanza de que en los próximos días se pueda impulsar el compromiso de sacar a concurso en torno a un centenar de procesos de selección. Que se tramiten en paralelo y se agilicen al máximo para compensar la merma de efectivos en el consistorio.

Esta empezaría ya en el 2015, con una muestra evidente de voluntad política como sería lanzar el proceso de selección con el mayor número de plazas pendientes de adjudicar. Se trata del puesto de operario, en dos oposiciones distintas, libre y de concurso oposición, en la que poder poner nombre y apellidos a un centenar de puestos de trabajo. A cubrir como funcionario o como interino, como sea, pero llenar vacíos que existen desde hace demasiado tiempo y en puestos clave además. De los que afectan a la prestación de servicio al ciudadano.

Pero dependerá también de que la ley lo permita. Aunque eso, que hasta ahora ha impedido dar luz verde a las oposiciones pendientes, ahora no tendría que ser un problema. Y es que si el Gobierno central pone muchas restricciones a las Administraciones locales para realizar nuevas contrataciones, y más si tienen un nivel de deuda de más de 900 millones de euros como Zaragoza, la capital aragonesa puede hacer valer el compromiso con una oferta pública de empleo que tiene pactada desde antes de que aparecieran esas limitaciones legales. Lo que le exige la junta de personal es un nuevo acuerdo para hacer efectiva la adjudicación de plazas entre el 2015 y el 2018.