El último pleno de la legislatura fue escenario del «milagro» de que los partidos políticos con representación en las Cortes hicieran política, y lograsen un acuerdo para que Teruel conserve los 14 escaños en las Cortes pese a su pérdida de población. Un consenso que parecía tan imposible que, anteayer, el portavoz socialista Javier Sada apelaba a esa intervención divina. Y el acuerdo llegó ayer, a ultimísima hora, bien por mediación de una deidad, bien porque los partidos no sabían con qué cara plantarse mañana en Madrid para protestar contra la despoblación habiendo permitido que Teruel perdiese peso parlamentario.

Los artífices del acuerdo, al cambiar su postura y unirse a la mayoritaria, fueron PP y Podemos. Tanto Mar Vaquero como Nacho Escartín dejaron claro que seguían pensando lo mismo, pero, «por responsabilidad», se avinieron a cambiar el voto.

La polémica, que ayer tuvo un final feliz en el último punto del último pleno de la legislatura, surgió a comienzos de este año. El Gobierno de Aragón hizo notar que, debido a la pérdida de población de Teruel, y según las normas de la ley electoral y el Estatuto de Autonomía de Aragón, para la próxima legislatura, la provincia perdería un diputado en favor de Zaragoza.

Los grupos políticos de las Cortes acordaron solicitar a los servicios jurídicos de la cámara que buscasen una solución, y ofrecieron entre otras incrementar los escaños en 2, de 67 a 69, para Zaragoza. Lo cual apoyaban CHA o Podemos, pero se descartó porque, por un lado, rompía la proporcionalidad con Huesca. Y también porque suponía incrementar los gastos.

Así pues, se buscó una solución, «se hicieron malabarismos con los números», como dijo Sada ayer, y se vio que, si en lugar de la población se tenía en cuenta solo el censo electoral, las proporciones se mantenían.

Los servicios jurídicos de las Cortes lo avalaron, pero el PP le vio dudas jurídicas y propuso su propia idea, elevar el mínimo provincial de 13 a 14, que no recibió el visto bueno jurídico por contravenir el Estatuto. Y en mitad de esta discusión, Podemos y CHA, con IU, volvieron a la propuesta inicial de elevar los diputados, pero con un compromiso de no elevar el coste.

Y así quedaron las cosas hasta ayer, incluida una estéril reunión de última hora el jueves, que parecía abocar a Teruel a perder un escaño porque ni PP ni Podemos estaban dispuestos a aceptar la propuesta que sostenían PSOE, PAR y Ciudadanos.

GATERAS

Sin embargo, tras ignoradas maniobras entre bambalinas, la popular Mar Vaquero, que no había ahorrado críticas al PSOE por «no hacer nada por evitar la despoblación de Teruel», deslizó al final de su discurso que «todos nos vamos a dejar pelos en la gatera (una frase muy propia de Sada, curiosamente) para que esto salga adelante». Escartín fue más críptico sobre el cambio de postura. Pero al final, tras abstenerse ambos en la toma en consideración de la propuesta, todos los grupos votaron a favor del cambio de la ley electoral. Un respaldo unánime saludado con un largo aplauso.

En su explicación de voto, Escartín justificó el giro por «responsabilidad», si bien siguió criticando que el cambio deje fuera de la representación de las Cortes a quienes no votan, como menores, inmigrantes no nacionalizados o algunas personas con discapacidad. Confió en que ese escaño salvado no lo ocupe un partido que no quiera representar a alguno de estos colectivos. Y Patricia Luquin, en su despedida parlamentaria, dejó deberes para que se reforme el Estatuto de Autonomía, porque si no esto volverá a pasar.