La cara de Eliseo Serrano, decano de la Facultad de Filosofía y Letras, lo decía todo ayer. El momento por fin había llegado y en su rostro no podía ocultar un gesto de emoción. «Es un día magnífico, histórico», decía poco después de que una máquina retroexcavadora iniciara la demolición del pabellón de Filología.

En sus palabras, además de aludir a los «esfuerzos» de tantos años y a las reivindicaciones «que han merecido la pena», también quiso recordar al exrector Manuel López, fallecido el año pasado, y para quien la reforma siempre fue un reto personal.

El proceso de derribo durará cuatro meses hasta dejar totalmente despejada la zona del pabellón. En esta, muy próxima al acceso principal al campus San Francisco, se levantará un moderno edificio departamental que incluirá, según el proyecto, una pantalla de proyección al público en una pared lateral.

En global, las obras del conjunto de la facultad durarán 36 meses y cumplirán el tiempo estimado, por lo que la rehabilitación estará lista para el curso 2022-2023. El proyecto incluye también la rehabilitación del conjunto histórico del inmueble de la facultad y la urbanización del entorno. La ejecución costará 19 millones de euros.

«Esta ha sido una decisión compleja, pero acertada. Empezamos de cero para llegar, de manera feliz, a tener un buen proyecto», apuntaba también un orgulloso José Antonio Mayoral, rector de la Universidad de Zaragoza, que cuando llegó al cargo ya puso la reforma de Filosofía y Letras como una de las cosas prioritarias a acometer.

Todo, obviamente, ha sido mucho más fácil tras recuperar las buenas relaciones y el acuerdo de financiación con el actual Gobierno de Aragón. Una situación indispensable para que el obsoleto edificio de una facultad, con 77 años de historia, pudiera dejar de esquivar incidencias para empezar a disfrutar de un futuro sostenible y moderno.

La eficiencia energética y ambiental serán la nota predominante de una facultad que pasará a ser la más moderna del campus San Francisco después de acumular décadas como una de las más obsoletas.

El propio presidente de Aragón, Javier Lambán, que se doctoró en Historia, reconocía ayer que «era doloroso» visitar las instalaciones los despachos de los profesores «y ver 40 años después que estaban exactamente igual que cuando yo los visitaba siendo estudiante, aunque empeorados por el paso del tiempo», señaló. «La remodelación era absolutamente fundamental», insistió.

MÁS INVERSIÓN

El proyecto contempla un ahorro del 42% en calefacción gracias a la instalación en la cubierta de 105 paneles solares que permitirán producir energía. Esta es una de las cuestiones sostenibles más destacadas del diseño de Magén Arquitectos e Ingeniería Torné. La reducción de la huella de carbono del nuevo espacio será un 70% menos que el actual y su consumo de energía mínimo será algo menos que el de un hogar.

Lambán también fue más allá y se aventuró a decir que «en las próximas legislaturas» el «esfuerzo inversor» por parte del Ejecutivo con el campus aragonés «se incrementará». Una declaración de intenciones que seguramente recogió Mayoral si Lambán vuelve a ganar las elecciones. De hecho, el rector ya ha dicho en alguna ocasión que pediría más dinero al Gobierno de Aragón cuando tuviera ocasión.

Las obras, a cargo de una UTE formada por las empresas FCC Construcción, FCC infraestructuras energéticas y la constructora pirenaica Copisa y Easa-Estructuras Aragón, ya han avanzado una parte muy importante de retirada de más de 40 toneladas de papel y se esperan extraer otras 40 más. También se van a apartar durante los trabajos más de 600 toneladas de metal y más de 3.200 metros cúbicos de madera. Hay materiales como 1.700 metros cuadrados de teja, 53 puertas originales del pabellón de Geografía, piedra de Calatorao, pavimento de teselas y tierras serán reintegrados en la obra y tendrán su sitio.

Aunar el pasado y el presente de la Facultad de Filosofía es una de las claves y, aunque de momento solo las vallas, las máquinas, los operarios y el material rodean las inmediaciones, Filosofía ya mira un poco más al futuro desde ayer.