El exgerente de Plaza, Ricardo García Becerril, acordó en septiembre, cuando aún no había pasado un mes de su detención, la venta del yate Governador, propiedad de Pulsar, la empresa de sus hijas.

Esta sociedad emitió el 13 de septiembre una factura por 35.695 euros, tras recibir una señal de 1.815, a favor del comprador, que se llevó como regalo un juego de velas y un motor.

El comprador le confesó a la Policía que tuvo "la sensación de que (García Becerril) tiene premura por vender el barco", algo que, junto con el poco tiempo transcurrido desde su detención, lleva a los investigadores a concluir que la operación "podría considerarse como una maniobra para hacer líquido el bien inmueble para evitar un eventual bloqueo del mismo".

A la Policía también le llamó la atención el bajo precio de venta ante la horquilla de 55.000 a 67.000 euros a los que hoy cotiza ese modelo de segunda mano.

La Brigada de Blanqueo también sospecha que Pulsar pagó en marzo del 2007 una cifra superior a los 45.240 --39.000 más IVA-- de la factura, ya que unos días antes de cerrar el trato el exgerente de Plaza recibió un correo en el que el vendedor le indicaba que "aparte del pago en efectivo que traerás mañana sería apropiado poner otra cantidad aparte como paga y señal del barco que se refleje en el contrato de compra-venta. La cantidad puede ser la que tú quieras, es meramente simbólico".

La Policía "constata" que lo compró en nombre de Pulsar "por un precio superior" al facturado y que lo vendió por "casi la mitad" de lo que hoy vale un barco de ese tipo.