Veinteséis años han pasado desde que un joven estudiante de Derecho llamado Jorge Azcón se afiliaba al PP, en 1993 con 20 años y de la mano de su amigo en la universidad Ricardo Mur. Y 19 años desde que tomaba posesión de su acta de concejal, tras la marcha de Luisa Fernanda Rudi a Madrid para ser presidenta del Congreso. Entonces pasaba a formar parte del Gobierno del alcalde José Atarés, Pepe para sus amigos, al que él siempre ha considerado su padrino político y un referente. Este fue el último alcalde del PP en Zaragoza y ahora él se convierte en su heredero. De un bastón de mando que entregó hace 16 años y de un legado político que, pese a que falleció en el 2013, sigue manteniendo muy presente en su día a día.

Quienes conocen a Azcón aseguran que su gran referente no pertenecía al mundo de la política. Su ejemplo a seguir siempre fue su hermano Quino, el mayor de cinco hermanos, de los que él es el pequeño. Una enfermedad se lo arrebató, pero muchos dicen que «se pueden ver en él muchas de sus expresiones, gestos y formas». Un constante torbellino, como es el edil conservador dentro y fuera del salón de plenos.

Su momento más difícil en política fue el de su primera salida del ayuntamiento. En el 2007, esa purga interna en el PP municipal que lideraba Domingo Buesa, que le apartó de su lista junto a Ricardo Mur (ahora presidente de la CEOE Aragón) y Marian Orós (hoy diputada en las Cortes). La respuesta de los tres fue montar una fiesta con amigos en el Club Tiro de Pichón. Venía de ser portavoz adjunto de Atarés y acabó en el sector inmobiliario en la empresa navarra MRA. Aunque él hoy lo ve como un «tránsito positivo que le permitió adquirir otra perspectiva diferente de la política». Regresó en el 2011 de la mano de Eloy Suárez, que ahora le verá conseguir con ocho ediles una Alcaldía que él no logró ganando dos elecciones y obteniendo 15 y 10.

Como concejal, desde su entrada al frente del área de Juventud y Personal y hasta que la marcha de Suárez le dejó en bandeja la portavocía en el 2016, su discurso siempre es directo, incisivo y queriendo liderar y tomar la iniciativa. Le cuesta contemporizar pero lo contrarresta con el toque provocador que tan bien le funciona con unos adversarios a los que luego ablanda con simpatía. Una habilidad que se le resistió en otra de sus pasiones: el fútbol. Él siempre comenta que «el talento futbolístico de la familia se saltó una generación». Su padre, Julio Azcón, militó cuatro temporadas en el Real Zaragoza, y hoy uno de sus hijos, Jorgito, dicen que apunta maneras en el Stadium Casablanca.

Entre sus aficiones está comer o cenar con amigos y le encanta cocinar. Su plato estrella, la paella. Aprendió a hacerla en Valencia, cursando su primer año de Derecho porque su hermano Julio había ido allí a hacer Arquitectura. Regresó a Zaragoza a terminar la carrera, y conoció a Ana, su mujer, con la que ha tenido dos hijos, Belén y Jorge.

«Todo el mundo le decía que llevaba un alcalde dentro», aseguran sus más allegados estos días. Y lo ha logrado, este zaragozano criado junto al Coso y San Miguel que estudió en el Juan de Lanuza y en Teresianas, y que como político siempre ha tenido ese sueño. En lo orgánico, en el PP, no ha pasado de presidir Nuevas Generaciones en Aragón. Pero de eso hace mucho. Presume de su buena relación con Pablo Casado, actual presidente del partido, a quien conoció en el 2007, cuando otro de sus grandes amigos de siempre, Pedro Navarro, les sentó en la misma mesa el día de su boda. Ser casadista quizá le aleja un poco más de la cúpula en Aragón, con la que todo el mundo sabe que su relación no es buena. Es pronto para saber si llegará a la altura de Atarés como alcalde, pero ahora tiene cuatro años por delante para demostrar lo aprendido.