La sanidad aragonesa solo tiene un problema, gravísimo, pero un problema: tiene mala gestión. Si hemos pasado de tener hace muy pocos años un sistema de atención sanitaria notable a uno que empieza a ser muy deficiente, solo es por la gestión de un equipo cuyas características son desmantelamiento, recortes e incompetencia. Y ni campañas irresponsables ni alarma social ni nada. Solo es la irresponsabilidad de un consejero, Oliván, y una presidenta insensible, Rudi.