Los cambios en el organigrama del Gobierno de Aragón encontraron ayer desprevenidos los grupos de la oposición, PP, CHA e IU. Estas formaciones se mostraron sorprendidas por el día (sábado y con boda real de por medio) y la forma en la que se hacía pública la noticia a través de los medios de comunicación. Sin embargo, mientras PP e IU anunciaron que exigirán mañana mismo la comparecencia de Marcelino Iglesias para que explique los motivos del cambio, los nacionalistas encajaban el cambio más tranquilamente, comentando que el cese de la consejera de Ciencia, Universidad y Tecnología, Maite Verde, "estaba cantado desde su propio nombramiento".

A quienes menos sorprendió la noticia fue a los socios del PSOE en el equipo de Gobierno de la DGA, el PAR. La máxima cabeza de esta formación en el Gobierno de Aragón, el vicepresidente José Angel Biel, guardó silencio igual que el resto de los miembros de su partido. Todo cuanto dijeron fue que los cambios son "pequeños ajustes absolutamente normales" que no implican "la existencia de crisis, ni nada que se le parezca".

DESCOORDINACION Chesús Bernal, portavoz de CHA en las Cortes de Aragón, se refirió al cese de la consejera Maite Verde como algo "cantado". "Se creó la nueva consejería para impulsar la Universidad y la gestión está siendo desastrosa. Nunca ha llegado a adaptarse al puesto y su mandato ha venido marcado por la descoordinación del departamento", opinó Bernal. Según sostuvo, la clave de la mala gestión se halla en "haberle permitido a Presidencia controlar todo lo relacionado con las nuevas tecnologías", como la propia página web de la institución.

Bernal aseguró que en el pleno anterior al del viernes, durante la sesión de control, su partido sacó la conclusión de que a esta mujer la iban a relevar. "Demostró que no estaba a la altura", precisó. En cuanto a su sustitución por Alberto Larraz, el portavoz de CHA se mostró partidario de concederle un margen de confianza, igual que a María Luisa Noeno como consejera de Salud.

La interpretación que el PP hizo de las sustituciones fue algo más crítica. "Estos cambios representan una falta de transparencia y un intento de ocultar la crisis que se vive en los departamentos", afirmó Antonio Suárez, portavoz del PP. La cuestión que más preocupó a los populares no fue el cese de la consejera de Ciencia sino "el traspaso de Larraz cuando sobre él recaen problemas como las listas de espera, las urgencias o las huelgas de médicos".

También Izquierda Unida cuestiona el traslado de Larraz: "Resulta sorprendente que deje su puesto a los pocos días de haber defendido su gestión y su propuesta de trabajo para consolidar el sistema sanitario público aragonés y cuando están pendientes de resolución problemas como el de la deuda sanitaria y el nuevo sistema retributivo para los profesionales sanitarios".