El pleno de la Comisión del Agua aprobó ayer, además del dictamen sobre la cota media de Yesa, diez propuestas de resolución, entre las que destacó una de los regantes de Bardenas que apuesta por dar "prioridad" a este sistema de riego frente a todos los demás usuarios, incluido el abastecimiento a Zaragoza. El plenario apostó también por plantear al Estado un cambio en el sistema de financiación de algunas obras, como los embalses laterales de Bardenas.

La propuesta de esta comunidad de riego, presidida por Luis Ciudad, tiene 16 puntos y deja muy claras dos cuestiones: que la cota media no les gusta a los regantes en absoluto (la aceptan en beneficio del acuerdo mayoritario) y que las obras de Yesa ahora en marcha no deben paralizarse.

Pero da un paso más al reclamar el "derecho preferente de los regadíos de Bardenas" sobre las aguas del embalse, y la "prioridad" frente "al abastecimiento a Zaragoza y su entorno". Un hecho que llama la atención porque la ley marca que el suministro urbano es prioritario respecto a cualquier otro.

Ciudad aclaró que este planteamiento se realiza porque la capital ya tiene una fuente consolidada de abastecimiento (el Canal Imperial de Aragón), por lo que tiene garantizado siempre el suministro, mientras que los regantes estarán en precario hasta que Yesa esté recrecido. "No podíamos permitir que sin Yesa recrecido no hubiera agua para el regadío y sí para Zaragoza, después de las fuertes inversiones que han hecho muchos agricultores", explicó

FORMULAS DE PAGO El colectivo, como también hizo el sindicato agrario UAGA, reivindicó además un cambio en el sistema de financiación de los embalses laterales del sistema, que deben pagar los regantes al 50% tras la creación de ACESA, la sociedad estatal de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Ciudad recordó que el PSOE criticó muy duramente este método, por lo que confió en que ahora lo cambie y recupere el antiguo (el Estado financia y pasa un canon a los usuarios).

La organización consideró que ha llevado a cabo "un gran esfuerzo" al renunciar a la lucha por la cota máxima de Yesa y exigió, en la misma medida, que el resto de colectivos haga lo mismo. Especialmente, que la Administración siga adelante con los trabajos de recrecimiento y que éstos no se vean paralizados por el nuevo debate abierto.