En una tierra en la que tradicionalmente el agua es sinónimo de futuro, el empleo y el crédito sustituirán a este recurso natural como dos de los bienes más preciados de cara al 2014. Porque Aragón tiene sed de puestos de trabajo y de financiación para las empresas tras cinco años de dura sequía. Dos ejes sobre los que debería pivotar la recuperación económica.

A la espera de lo que refleje el Instituto Nacional de Estadística (INE) al cierre del 2013, Aragón tenía una tasa de paro del 20,48% en el tercer trimestre del 2013. Las previsiones del Gobierno de Aragón apuntan a un crecimiento del PIB del 0,7% para este ejercicio, un dato que resulta positivo --se abandona la recesión-- pero es aún insuficiente para reactivar el mercado laboral.

El Plan Impulso del Gobierno de Aragón ha conseguido estimular ligeramente la contratación en el último tramo del ejercicio, pero ello no garantiza la estabilidad en un mercado laboral en el que la precarización del empleo es directamente proporcional al desplome de la contratación indefinida. Y así seguirá siendo por culpa de la reforma laboral.

En estas circunstancias solo el crédito puede aliviar, en parte, la maltrecha situación de muchas pymes. Una inyección que podría estimular la creación de empleo. Sin embargo, el tan cacareado crédito del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que iba a aportar 200 millones de euros a la financiación de las empresas aragonesas, todavía no ha llegado al sistema nervioso del tejido productivo aragonés. La esperanza es que esto suceda en el 2014.

La recuperación no llegará solo con anuncios o predicciones --nos hemos cansado de escuchar, desde el año 2008, que el siguiente sería el del fin de la crisis--. El despegue de la economía solo llegará con crédito, empleo y consumo.

Mientras, Ibercaja y Caja3 afrontarán su integración definitiva este año. Ambas entidades tratarán de engrasar la maquinaria y de afrontar nuevos retos en un convulso sector financiero. Retos que no están exentos de peligros (el lastre inmobiliario y judicial de CAI y un tamaño reducido) y de oportunidades (nuevos movimientos en el tablero de la banca española y la fortaleza como entidad única). El 2014 será, por tanto, uno de los más importantes para el grupo Ibercaja.

Para las economías domésticas tampoco se prevé un año precisamente halagüeño. El incremento de la carga impositiva a través de bienes de primera necesidad, como la luz, el mantenimiento de la subida del IVA y del IRPF dejarán poco margen a las familias. Y lo peor es que el empobrecimiento de la sociedad aragonesa es cada vez más palpable.

El rayo de esperanza procede de sectores como la automoción, que dará alegrías a la economía aragonesa. El lanzamiento de dos nuevos modelos en Figueruelas, el Mokka y el Corsa, tendrá su reflejo en los mercados exteriores y en el negocio de las auxiliares. Así, el sector del motor y el agroalimentario marcarán, en buena medida, la marcha de las exportaciones que también serán vitales en este 2014.