Aquel "déjame terminar" que le soltó al Príncipe tras la ceremonia oficial de petición de mano, el 6 de noviembre del 2003, evidenció que ella no era otra Sofía. Conocida hasta entonces por ser la pareja televisiva de Alfredo Urdaci en la segunda edición del Telediario de TVE, adonde llegó en el 2000 procedente de CNN+, Letizia Ortiz Rocasolano (Oviedo, 1972) se convirtió en futura reina tras haberse forjado un notable currículo como periodista que le permitió explicar ante las cámaras acontecimientos históricos como los atentados del 11-S en EEUU y la invasión de Irak. "He ejercido mi profesión con ganas, ilusión y fuerza. De esa misma manera afronto lo que ahora iniciamos, con responsabilidad, con ilusión y con vocación de servicio a los españoles", afirmó en su primera comparecencia pública como novia de Felipe. "Reúne todas las cualidades necesarias para ser Princesa de Asturias", la aduló su futuro marido. El 22 de mayo del 2004 se casarían. Diez años y 11 días después su suegro abdicó y en breve heredará la corona.

Lejos de institutrices, clases de protocolo y demás enseñanzas nobiliarias, la primera reina española de clase media estudió en el colegio público La Gesta de Oviedo y ya con 10 años demostró su personalidad y su "madera de líder" en El Columpio de Antena 3 Radio, recordaban a este diario en el 2003 tres compañeras de programa. Su padre, el locutor Jesús Ortiz, y su abuela paterna, Menchu del Valle, fueron quienes le inocularon la vocación por el periodismo, un oficio que la sigue marcando en su comportamiento como miembro de la familia real, pues continúa encantándole preguntar y repreguntar, según explican en su entorno.

En la relación con sus excompañeros de profesión, no obstante, Letizia ha tratado de marcar un límite que le permita resguardar en la medida de lo posible su vida íntima. Le gusta salir a cenar con los amigos, el cine en versión original y asistir a algún que otro concierto, prefiere irse de vacaciones más allá de las oficiales a Marivent y le incomoda mucho que haya alguna cámara persiguiéndola en esas salidas. El súmmum de sus tensiones con la prensa rosa lo vivió por el seguimiento que se hacía de su hermana Erika, fallecida en febrero del 2007. Su madre, Paloma (enfermera de profesión), y su otra hermana, Telma, también han tenido que aprender a vivir bajo los focos.

"Elegancia y glamur"

Le guste más o menos, la futura reina se ha convertido en un imán para el papel couché. Decenas de medios internacionales, desde The Daily Telegraph hasta Vanity Fair, elogiaban ayer su "elegancia" y su "glamur" y la comparaban con la duquesa de Cambridge, Kate Middleton. En el 2003, cuando se anunció su noviazgo con el Príncipe, las portadas de esos mismos periódicos incidieron con ahínco en que Letizia era divorciada: se casó en 1998 con su profesor de Literatura del instituto, Alonso Guerrero, y se separó un año después. Lo hizo por lo civil, lo que evitó que tuviera que pedir la nulidad a la Iglesia para poder contraer nupcias con Felipe.

Un año y medio después de aquel enlace, el 31 de octubre del 2005, nació la futura princesa de Asturias, Leonor, y el 29 de abril del 2007 lo hizo Sofía. Letizia se ha volcado en la educación de sus hijas, algo que ahora le costará más compaginar.

En sus 10 años de principado, la esposa del heredero ha participado en 190 actos, 107 audiencias y 76 viajes oficiales. Desde el 2007 cuenta con una agenda propia muy centrada en actividades de ayuda a desfavorecidos y también acompaña a su marido en muchas ocasiones. No todas placenteras. Como cuando encajó con semblante serio los abucheos de una parte del Liceu en mayo del 2013.

En febrero pasado, la Casa del Rey le asignó un sueldo fijo de 49.182 euros y otro de 53.282 en concepto de gastos de representación. El de la Reina es de 63.234 y 68.505 euros, respectivamente.