Aragón mantiene su estatus como potencia logística nacional e internacional. Pese al impacto económico que ha tenido el covid-19 a nivel mundial, la comunidad autónoma sigue siendo un actor principal en un terreno estratégico gracias a su gran potencial y posibilidades de crecimiento. A su favor juega su ubicación geoestratégica, la intermodalidad, la capacidad de conectar corredores y rutas, la concentración de actividad económica, la disponibilidad de espacio y la apuesta por proyectos e iniciativas impulsados desde la investigación e innovación.

Por un lado, Aragón Plataforma Logística (APL) representa la oferta global en materia logística (infraestructuras, investigación y servicios), que desde Aragón se pone a disposición de aquellas personas, empresas e instituciones interesadas en hacer sus negocios más competitivos. En la comunidad, el compromiso de impulsar el desarrollo del sector logístico está liderado por el Gobierno de Aragón y las plataformas logísticas públicas de Zaragoza (Plaza), Huesca (Plhus), Fraga (PlFraga), Teruel (Platea) y Monzón, la Terminal Marítima de Zaragoza (TMZ), los aeropuertos de Zaragoza y Teruel, Mercazaragoza, Aragón Exterior, Zaragoza Logistics Center (ZLC), centros tecnológicos y el clúster de logística innovadora de Aragón, entre otras entidades. Todas estas sociedades públicas y privadas presentan puntos de conexión y sinergias entre los diferentes proyectos que cada una desarrolla y que hacen que el interés por Aragón crezca.

Tras más de 15 años de desarrollo y 350 empresas instaladas, Plaza consolida su posición como bandera del proyecto APL con más de 482 hectáreas comercializadas, que supone el 88,5% de la superficie disponible. Además, la plataforma de Zaragoza cuenta desde hace un par de meses con el primer túnel de frío de Aragón para el transporte por carretera y ferroviario. El Centro Tecnológico Metalmecánico y del Transporte (Cetemet) puso en marcha en Plaza una nueva estación de ensayos climáticos dirigida a desarrollar pruebas para vehículos, camiones o trenes que transportan mercancía perecedera, como alimentos o material sanitario, por ejemplo.

Se trata de una infraestructura única en España capacitada para llevar a cabo ensayos y análisis en condiciones térmicas extremas, desde 20 grados bajo cero hasta 50 grados, gracias a sus destacados sistemas de climatización. Esta infraestructura -conocida en el sector del transporte como túnel de frío- ha comenzado ya a operar en Plaza y destaca por sus dimensiones (30 metros de longitud y más de 5 m de anchura y altura). Aporta un nuevo servicio singular y excepcional al catálogo de Plaza, que da respuesta a la demanda del sector ferroviario y del transporte.

Por su parte, mientras el Aeropuerto de Zaragoza se afianza como la segunda terminal con mayor tráfico de mercancías en España, solo por detrás de Madrid-Barajas, el Aeropuerto de Teruel se prepara para triplicar su capacidad. El Gobierno de Aragón impulsó la declaración de interés autonómico del proyecto para ampliar en 195 hectáreas la superficie del centro. Se podrán aparcar 240 aviones más y supondrá una inversión de 45,5 millones de euros. Esta instalación, que se ha convertido en una referencia en la creación de empleo en las zonas despobladas, multiplicará su tamaño en los próximos diez años convirtiéndose en la referencia europea.

Corredor ferroviario

Mientras Aragón trabaja en el desarrollo de sus bases logísticas, la comunidad también espera la llegada de importantes proyectos estratégicos de futuro en el ámbito del transporte y la logística. Uno de ellos es la reapertura del túnel internacional de Canfranc y otro el corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo.

Precisamente, la línea de tren entre Zaragoza y Teruel, parte fundamental del futuro corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo, están un poco más cerca de que los convoyes puedan circular a 250 kilómetros por hora. El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, aprovechó su visita el pasado 9 de febrero al puerto de Valencia para anunciar, entre otras cosas, que el estudio informativo de las obras necesarias para conseguirlo entre la conexión con la Ronda Sur ferroviaria de Zaragoza y el entronque con la ciudad de Teruel, había recibido el visto bueno definitivo.

A este avance se suma el propio objeto de su visita a la capital levantina, que era presidir la firma de una adenda al convenio para financiar la adaptación de los siete apartaderos de la línea ferroviaria entre Sagunto, Teruel y Zaragoza para que puedan operar trenes de hasta 750 metros de longitud. Cuatro se ubican en Aragón: La Puebla de Valverde, Teruel, Ferreruela y Cariñena.

Unos trabajos que significan, remarcó Ábalos, «un paso más en el camino de más de dos años para mejorar una línea ferroviaria que conecta a 10 millones de personas y a territorios que generan un 21% del PIB». Se trata de un proyecto más a licitar y a ejecutar de cara a una puesta en marcha que el Gobierno central se comprometió a tener lista para el 2023 con una inversión que superaría los 380 millones de euros. El último de los trabajos a salir a concurso, recientemente, fue el de la instalación de la futura electrificación entre Zaragoza y Teruel por más de 53 millones de euros.

Desde el Gobierno de Aragón, al anuncio de la inminente publicación del estudio informativo, el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, respondió que es «una gran noticia» que «servirá para garantizar el futuro logístico de Aragón» igualando en competitividad a otros ejes ferroviarios. Este añadió que «es un primer paso muy importante mientras se sigue trabajando en las mejoras del plan director para mejorar las deficiencias actuales».

Durante los últimos meses, el transporte de mercancías por carretera ha estado de actualidad por su esfuerzo en mantener abastecida a la sociedad en los momentos más duros de la pandemia, las nevadas de enero o el Brexit. Para Fernando Viñas, secretario general de la Federación de Empresas de Transporte de Mercancías de Aragón, algunos retos a los que se enfrenta el sector y que ya está afrontando son, entre otros, "ser sostenibles en lo económico, social y medioambiental con el uso de vehículos cada vez más ecológicos, unido a la digitalización, la implantación del internet de las cosas (IoT), dar cada vez más servicio al comercio electrónico, una distribución urbana eficiente y sostenible y a no muy largo plazo algún tipo de conducción autónoma como el platooning", destacó a este diario.

Retos que ya está asumiendo con éxito un sector "tan dinámico y resiliente como este". "Lo que si podemos asegurar es que las empresas aragonesas de transporte de mercancías, grandes, medianas y pequeñas, seguirán trabajando en cualquier circunstancia, para continuar siendo la sangre de la economía que riega todo el tejido productivo y seguir prestando su imprescindible servicio a la sociedad", reconoció Viñas.