Esta semana me encuentro rumbo a Barcelona, he sido llamado por el señor Eme Otero para realizar un evento con la marca Empirical y no pude decir no.

En verdad son semanas de mucho ajetreo con el cambio de carta, la receta para World Class y la preparación de la charla de 'Diálogos de Cocina', pero siempre va bien escaparte, aunque sea de manera fugaz para ver a buenos amigos fuera de la 'rigidez' de tu propia barra.

En este caso nos juntamos varios locales en FOCO, y cada uno llevamos un cóctel. El mío es a base de Empirical The Plum, frutos rojos, y dos vinos dulces, Don PX 2019 de Toro Albalá que es puro zumo de uvas pasas y Moscatel de Alejandría de Jorge Ordóñez n°2 con su acidez y dulzor característico, un cóctel fácil, suave y con mucho sabor.

Si algo he aprendido en el tiempo que llevo trabajando en esto de las mezclas es que la clave está en el equilibrio, siempre es mejor algo bien balanceado que cualquier otra cosa, y es aplicable a toda faceta de la vida.

El equilibrio como camino. Labor complicada, con la vida que llevamos, rápida, estresada y en el mayor número de casos desorganizada. Perdemos una cantidad de tiempo enorme en cosas absurdas, y por otro lado, no tenemos tiempo para nada. Creo que no es una locura pensar que la mayoría de las personas se pueden sentir identificadas con esto, y tengo que decirles que no podrán hacer mucho para cambiarlo a no ser que cambien ustedes desde su interior.

Si por el contrario ustedes son personas que consideran que su vida es equilibrada, que disponen de tiempo para realizar todo lo que desean en su día a día y que el equilibrio está más que presente en su vida deben saber que son unos afortunados. Yo aspiro a ello, pero aún lo veo bastante alejado de mis posibilidades. Conocerte a ti mismo y entender tus limitaciones es un buen principio para el cambio, así que debo ir por buen camino.

Qué curioso, cócteles equilibrados en vidas desequilibradas, quizás sean un salvavidas momentáneo para situaciones caóticas.