Más allá del socorrido tópico arrancado de la novela de Fernán Gómez que clama que las bicicletas son para el verano, incluso más allá de que estemos en la plena disputa del Tour de Francia, la carrera de las carreras, es cierto que esta de época del año invita en muchas ocasiones a coger la bici y dar una vuelta para estirar las piernas, aunque sea de corto recorrido. Es el oculto atractivo de los pedales que a tantos engancha en época estival.

Los más avezados ya tienen sus recorridos predeterminados, tanto en bicicleta de montaña como de carretera, pero para los que de repente sienten un impulso, deciden bajar al trastero, desempolvar la bici e hinchar las ruedas, aquí aconsejamos algunas rutas sencillas dentro y por los alrededores de Zaragoza.

La vuelta de los puentes

Se trata del trayecto más a mano y más conocido. Un recorrido de los llamados circulares que podríamos circunscribir entre el puente del Tercer Milenio (explanada del rastro) y, aguas abajo, el Azud del Ebro y viceversa. Lo habitual es recorrer una de las márgenes del Ebro en un sentido y regresar por la otra. En pleno corazón de la ciudad, su accesibilidad permite entrar y salir por donde se quiera. Se trata de una ruta en la que se pueden combinar caminos y carril bici (sobre dodo en la margen izquierda), muy aconsejable para realizar con niños.

Carril bici a la altura de la pasarela del Voluntariado

Además de los ya nombrados, se pasa también junto a los puentes de Hierro, Piedra, Santiago, La Almozara, Pasarela del Voluntariado y el Pabellón Puente. Tiene rincones muy bonitos, aunque es especialmente fotogénico el paso bajo el puente de Piedra por la zona del balcón de San Lázaro, en la margen izquierda.

Precisamente en en el puente de Piedra, pero en la margen derecha, está el 'punto negro' de esta ruta de los puentes, ya que bicicletas y viandantes coinciden constantemente en ese lugar de Echegaray a la altura del semáforo, causándose molestias unos y otros.

Obras en el Pabellón Puente

El paso por debajo del Pabellón Puente está ahora cortado

Antes de seguir con algunas recomendaciones, es importante que destaquemos que en la actualidad las obras impiden pasar por debajo del Pabellón Puente en la margen derecha. El camino paralelo al río que muchos amantes de la bicicleta (y también paseantes) están acostumbrados a transitar ya sea para completar la ruta de los puentes, o bien recorrer el meandro del río, está cortado durante algunos metros. Se trata de un pequeño contratiempo muy fácil de salvar saliéndose momentáneamente del camino y superando el puente a nivel en lugar de por su parte inferior.

Meandro del Ebro

En condiciones normales, el inicio de la ruta del meandro del Ebro la podríamos situar bajo el puente de La Almozara, en la margen derecha; es decir, viajando en sentido contrario a la corriente del río. Pero ya que las obras impiden pasar bajo el Pabellón Puente, aconsejamos empezar cerca de la orilla del río, junto a la explanada del rastro, bajo el puente del Tercer Milenio.

Pedaleando aguas arriba, se trata de un agradable paseo por el carril bici por el Anillo Verde Norte en el que se aprecia con toda claridad la curva que toma el Ebro antes de enfilar hacia Zaragoza. Un rincón de la naturaleza perfecto para visitar a primera y última hora del día. Eso sí, como en todas las excusiones cercanas al Ebro, es importante llevarse repelente de insectos. Muchos aficionados, tanto a pie como en bici, tienen costumbre de recorrer esta parte de la ciudad llegando hasta las instalaciones del Parque Deportivo Ebro para después dar la vuelta.

Ciclistas junto al parque Deportivo Ebro, en el Anillo Verde Norte

Los que siguen aguas arriba por el anillo pueden llegar al puente sobre el río de la autopista de Barcelona (pasando previamente por los Huertos del Ebro). Después de cruzarlo, se puede iniciar el regreso a la ciudad, ya sea por el carril bici que conduce a la Ciudad de la Justicia y la Pasarela del Voluntariado, ya sea alargando la jornada con un paseo por el interior del parque del Agua Luis Buñuel.

Puente sobre el Ebro al paso de la autopista de Barcelona

Siguiendo hacia Monzalbarba y Alfocea

Eso sí, en lugar de cruzar el río y comenzar el regreso, también existe la opción de seguir recto por la margen derecha en dirección a los barrios rurales de Monzalbarba y Alfocea (cuidado con las cuestas de este último). Si es así, hay que saber que el carril bici muere (ver foto) a pocos metros de pasar bajo el puente de la autopista, por lo que es más que recomendable llevar una bicicleta adecuada para recorrer caminos pedregosos. La primera parte del camino es especialmente agradable, ya que se viaja en paralelo al río, que queda a la derecha. Después el paisaje hasta Monzalbarba se hace más agreste, pero tiene su encanto.

Una mujer da la vuelta en el lugar donde muere el carril bici en al margen derecha

Camino natural del Ebro: La Cartuja Baja

Una de las mejores y más sencillas excursiones que se pueden hacer cerca de Zaragoza en bicicleta (adecuada para caminos) tiene como destino el barrio de La Cartuja Baja o, más concretamente la pasarela del Bicentenario sobre el río Ebro, una construcción inaugurada en 2008 en conmemoración de los 200 años de los Sitios de Zaragoza. Es muy original y permite hacer fotos curiosas. El recorrido parte al final de Echegaray, bajo el puente de la Z-30 (ver foto).

Información sobre la distancia a La Cartuja y La Alfranca bajo el puente de la Z-30

Se viaja por la margen derecha, por el GR-99, en sentido de la corriente, y en el trayecto existen varios puntos de interés, donde se puede observar la cicatriz que provoca el río a su paso y, si hay suerte, incluso algunos ejemplares de la fauna que habita en la zona. Hay carteles interpretativos de la Red Natural de Aragón que nos aportan información sobre aspectos interesantes que rodean a este tramo de la ribera del Ebro y que se enmarca dentro del Camino Natural de La Alfranca. De hecho, superada La Cartuja y llegados a la Pasarela del Bicentenario la mayoría da por terminada la excursión e inicia el regreso, pero los más preparados alargan (y mucho) la jornada. Destino: La Alfranca.

Pasarela del Bicentenario

Camino natural del Ebro: La Alfranca

Este recorrido está ya unos escalones por encima de lo que entendemos como paseo con los más pequeños de la casa. Se trata de visitar el paraje de La Alfranca, en el municipio zaragozano de Pastriz. Es recomendable en cualquier fecha del año y en todas sus versiones, desde la más naturalista a la histórica o arquitectónica. Desde el minuto uno, apostar por la bicicleta de montaña es una estupenda opción para esta excursión desconocida para muchos pese a su encanto.

Una vez superada La Cartuja y la Pasarela del Bicentenario, el camino natural de La Alfranca discurre por la margen izquierda. El camino es llano y sencillo junto a las huertas (solo un par de desvíos) y está bien señalizado. Antes de llegar a La Alfranca se pasa primero por las inmediaciones de Pastriz. Es fácil encontrar la senda que une el pueblo con el galacho.

Unos excursionistas, en La Afranca

Una vez en La Alfranca, hay varios lugares de interés que poder visitar, desde el propio galacho hasta el gran juego de la oca del Jardín de las Rocas, pasando por el Centro de Interpretación de la Naturaleza de Aragón, el convento de San Vicente de Paúl, los jardines y, por supuesto, el palacio de los marqueses de Ayerbe. Como es sabido, este edificio también se conoce como Casa Palafox, ya que es allí donde se alojaba el legendario general cuando los vecinos de Zaragoza fueron a buscarle para que se pusiera al frente de la resistencia a las tropas napoleónicas en la guerra de la independencia.

'Atajo' en el galacho de Juslibol

Aconsejar una excursión a los galachos de Juslibol no entra a estas alturas dentro del listado de ideas originales, pero aprovechamos para ofrecer un detalle algo más desconocido de este maravilloso paraje natural. Saliendo del centro de visitantes, casi en línea recta, se puede visitar la laguna artificial de El Plano, un pequeño rincón preparado artificialmente por el hombre para favorecer la presencia de aves que necesitan orillas con poca profundidad. Pues bien, saliendo de la caseta de madera que sirve de puesto de avistamiento de la laguna, a mano derecha, tras recorrer unos metros se halla el inicio de una estrecha senda poco conocida.

Un 'atajo' entre la vegetación que se puede recorrer en bicicleta adecuada (no es aconsejable para los más pequeños) y que permite volver a Zaragoza recorriendo aunque sea por poco tiempo un trayecto distinto a los habituales y por momentos espectacular.

'Atajo' para volver de Juslibol

Se trata de una corta, estrecha y sinuosa senda que discurre entre la tupida vegetación (ojo con las espinas de las zarzas) que de repente topa con un camino más ancho junto a una acequia. Se supera esta última y se pedalea hasta la orilla del Ebro por un camino entre campos de cultivo que no tiene pérdida.

Es importante no confundirse con otras entradas entre la maleza que hay en torno a la caseta de madera de la laguna artificial de El Plano. Si nos equivocamos, casi con toda seguridad nos encontraremos con una valla que corta el paso y un cartel que explica por qué (ver foto).

Camino cortado, junto a la laguna de El Plano, en Juslibol