Mi amigo C. lleva ya unos cuantos días con la mosca en la oreja. Me contaba el otro día que en más de una ocasión la policía española, al verle, debe de pensar que tiene pinta de "moro" y a las primeras de cambio, al cruzar la frontera con algunos países magrebíes, le meten un perro dentro del coche, lo cachean o le hacen una y mil preguntas con cara de pocos amigos. El, que procede del corazón mismo del Teruel más turolense, mueve la cabeza, entre divertido y escamado, y concluye entre dientes que es mal negocio en estos días tener pinta de moro.

Quizá se pregunte usted en qué consiste el delito de ser o parecer moro. C. contestaría de inmediato a su pregunta, diciendo que la madre del cordero está en hacer generalizaciones excesivas.

En España hay aún mucha gente, más de la que en principio cabría imaginar o esperar, demasiado proclive a generalizar sin límites. Así, los aragoneses acaban siendo nobles y cazurros; los gallegos, en cambio, emigrantes y ambiguos; a las mujeres les gustan las revistas del corazón y son malas conductoras; por el contrario, los hombres son más seguros de sí mismos, van al grano y se dejan de zarandajas; los jóvenes con pelos largos son drogadictos, gamberros e irresponsables, etc... De esta forma, la lista de generalizaciones gruesas y sin desbastar es muy extensa y abarca los ámbitos más variopintos.

Desde hace unos años y principalmente desde las filas del Partido Popular, nos han bombardeado sin tregua con una sarta de generalizaciones que en ocasiones ponían los pelos de punta. Por ejemplo, Carod Rovira se entrevista con algunos dirigentes de ETA, y la ERC en pleno se convierte ipso facto en terrorista; el PSC, al incluir en el tripartito de gobierno a ERC, también se hace medio terrorista e independentista; y como el PSOE avala el pacto de Maragall, también los socialistas en general son amigos de los terroristas; asimismo, un considerable número de catalanes apoya con sus votos a ERC, PSC y a Iniciativa, lo que transforma a los catalanes en antiespañoles, separatistas y amigos de los terroristas. De los vascos, para qué hablar...

C. tiene la mosca en la oreja porque, sobre todo después del 11-M, tener pinta de "moro" entraña sus riesgos. Ya se sabe, la matanza de Madrid la perpetró "un grupo islámico", lo cual, sin más matices, tiene ya su miga, pues "islámico" significa "relativo o perteneciente al islam", que, según el diccionario, significa a su vez "conjunto de dogmas y preceptos que constituyen la religión de Mahoma".

ES DECIR, NADA delictivo o negativo. Es como si por estar compuestos el IRA o ETA por gente bautizada y/o practicante de la religión católica, los católicos y los cristianos en general fuesen terroristas, y la bomba de Hipercor la hubiese colocado un "grupo cristiano". Pues bien, dígase en voz alta en determinadas tertulias, reuniones o bares "árabe", "moro", "musulmán", "magrebí", "marroquí" y similares y podrá comprobarse cuánto cunde y con cuánta celeridad se propaga el virus de la generalización abusiva.

De todas formas, la cosa viene ya de lejos. ¿Recuerdan ustedes la sistemática machaconería con que Bush, José María Aznar y sus acólitos se referían al "terrorismo internacional"? ¿Duda alguien de que, tras la satanizada figura de Osama Bin Laden, se estaba incluyendo subliminalmente al mundo árabe, islámico, musulmán? ¿Acaso le falta razón a mi amigo C. para tener la mosca en la oreja y, sobre todo, para expresar su preocupación por los seres humanos de cultura islámica y procedencia "árabe", especialmente inmigrantes, que hayan decidido abrirse camino y ganarse la vida en nuestro país y en Europa?

EL JUEZ DE Virginia Charles Lynch creó durante la época de la colonización del Oeste americano una ley por la que "el pueblo" podía juzgar, condenar y ahorcar en un abrir y cerrar de ojos a quien se tuviese por flagrante delincuente. Como es de suponer, buena parte de los linchados fueron hombres de raza negra.

Ahora, más allá del puro linchamiento físico, hay también otros tipos de linchamiento, más sutiles, pero no menos perversos. Algunos de estos linchamientos están alimentados en su origen por las generalizaciones excesivas. Así que, tienes razón, amigo C., ojo al parche y ojo avizor. Si pareces moro, algo tendrás entonces de islámico y, por lo tanto, vete a saber si no tienes también algo de terrorista y de antiespañol.

*Profesor de Filosofía