Eel protocolo que el Gobierno de la Nación, el Gobierno aragonés y el Ayuntamiento de Zaragoza firman mañana en Madrid zanja de manera satisfactoria la fórmula para financiar a tres partes la Expo del 2008, siempre en el caso de que el BIE apruebe la candidatura zaragozana (aunque, si no fuese así, se mantendrá en todo caso el catálogo de infraestructuras complementarias previstas).

El acuerdo deja sobre las espaldas de la Administración central el mayor gasto (un 70% del coste del recinto ferial, así como diversas obras exteriores) y favorece en buena medida al ayuntamiento de la capital aragonesa, que puede obtener grandes beneficios a un coste accesible. El Gobierno de la comunidad, por su parte, renueva su interés y su apuesta por Zaragoza. La confluencia de las tres instituciones despeja el panorama, refuerza la candidatura en un momento crucial y permite llegar al 16 de diciembre (fecha en la que el BIE tomará una decisión sobre el 2008) con todos los deberes hechos.

Zaragoza puede tener ahora su gran oportunidad. Si todo sale bien en las próximas semanas, la ciudad estará además ante su más grande reto del último siglo. El momento de la verdad.