Lo que para algunos es una vergüenza, es decir, que haya unos atascos enormes en los accesos a la Feria de Zaragoza cada vez que hay un salón de interés --como ahora FIMA--, para otros es algo normal en distintas ciudades, no tiene solución, y no conviene airearlo porque ahuyenta a visitantes y beneficia a otras ferias. Es triste que una obra de pocos metros --un pequeño ramal que dé acceso al recinto por el cuarto cinturón-- no se haga porque Fomento no quiere. Y eso que el secretario de Estado es el número dos del PSOE aragonés. Es patético que nadie sea capaz de presionar para arreglar esta bonita estampa.