Teruel, ciudad referente del mudéjar y el modernismo, con numerosos monumentos en el centro histórico y rodeada de parajes naturales envidiables tiene un enemigo. Un enemigo que resiste firme ante el avance de la ciudad, hablamos ni más ni menos que de los solares. El solar, enemigo acérrimo de la estética urbanística, del atractivo turístico y de los espacios recuperados para los y las turolenses. Pero mientras que en otras ciudades se han tomado medidas para atajar este problema, en nuestra pequeña ciudad parece que se pasa de puntillas por el asunto.

Zaragoza, Valencia o Zamora son ciudades que han sabido aprovechar estos espacios y que de manera temporal hasta que el propietario decida construir en el, sean cedidos a lo público y crear espacios de recreo dentro del entorno urbano, lo cual atajaría la gran carencia de los mismos que tenemos en el Centro Histórico, Arrabal, San León o el Carrel. Este por cierto no es un asunto que sea nuevo para el ayuntamiento, ya que desde 2015 se ha planteado en repetidas ocasiones y parece que al voluntad política de realizar dichas actuaciones se encuentra como la propuesta, metida en el tercer cajón a la derecha de algún despacho de Alcaldía.

Quizás pueda despertar cierto temor entre los propietarios pensando que son actuaciones irreversibles o que no van a poder utilizar el espacio en un futuro o dudas similares a la vez que entendibles, sin embargo nada más lejos de la realidad, ya que son actuaciones totalmente provisionales que consisten en mobiliario urbano que se puede retirar, una adecuación del espacio y un lavado de cara a las paredes y fachadas colindantes para hacer del mismo un entorno agradable, todo esto al ser actuaciones de bajo coste y sin afección al terreno pueden revertirse una vez dicho propietario decida dar el paso de construir o realizar alguna actuación en el mismo, y mientras tanto, beneficiarse de exenciones en tasas o no pagar determinados tributos municipales de dicho espacio. En general es lo conocido como un win-win, es decir todos ganan, la ciudad gana espacios y el propietario evita tener que mantener durante años un solar que no sabe cuando va a construir en él.

Pero bien... teniendo en cuenta los beneficios demostrados que estas actuaciones aportan a las ciudades cabe preguntarse porque en Teruel existe esa reticencia a ello por parte del Gobierno Municipal... Seré sincero, no se sabe ni se explica sobre todo al ver el éxito que hemos podido apreciar en una ciudad tan cercana como Zaragoza.

Dejar pasar pues estas oportunidades que tenemos para generar lugares en nuestra ciudad que sirvan para que los más pequeños jueguen, para nuestras mascotas o simplemente para pasar una agradable tarde de verano mientras artistas locales realizan sus actuaciones o exponen sus obras es un pequeño retroceso para nuestra ciudad, una ciudad que si de verdad queremos orientar al turismo pero sobre todo para los y las turolenses, debe enfocar de manera constructiva estos asuntos. Además nos ayudaría a mejorar la calidad urbana, ampliar las zonas de sombra y sobre todo a que la vida en la calle en nuestra ciudad se enriquezca.

En resumen, la oportunidad de hacer una ciudad mejor, está al alcance de la mano, solo necesitamos una de las cosas fundamentales a la hora de gestionar y administrar los recursos públicos, que es la voluntad política. Teruel debe dejar de debatirse entre los modelos que parecen imperar que es por un lado el pesimismo y por otro el conservadurismo y centrarse en algo tan simple como mirar al futuro.