El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza formado por el PP y Ciudadanos aprobó ayer el proyecto de presupuestos para el próximo año. Lo hace a punto de tocar la campana, salvados a última hora por un apoyo de Vox que da su voto afirmativo a cambio de una de sus obsesiones, recortar la partida de Cooperación. El resto, poco más, ya que a pesar de que la inversión se incrementa un 8,5% respecto a los vigentes, apenas hay ideas nuevas y la gran parte del gasto es para planes ya previstos, como la reforma de la avenida Navarra, la plaza Reina Sofía o la avenida Valencia, una tímida y recortada partida para abordar la reforma de la avenida Cataluña, la construcción de una escuela infantil en Parque Venecia muy demandada por el barrio o la revitalización del eje Pignatelli-Zamoray, en el Gancho. Es notable el incremento de la partida destinada al asfaltado de vías, la mayor operación nunca antes vista, según indicó la vicealcaldesa, Sara Fernández, durante la presentación pública del proyecto.

El montante global de los presupuestos asciende a 837,5 millones de euros, un 1,6% más que los de este año, y el consistorio solo captará 10 millones de deuda. La responsable de Hacienda, María Navarro, presumió durante la presentación del proyecto de que su equipo de Gobierno ha logrado reducir la deuda municipal de 830 millones a 665. Una buena noticia, sin duda, pero más allá de eso, los presupuestos de la ciudad de Zaragoza para el último año antes de que la precampaña electoral todo lo contamine se parecen demasiados a los proyectos de los que se está hablando desde mayo de 2019, cuando Jorge Azcón asumió la alcaldía gracias a los votos de su partido y los de Ciudadanos y Vox. Faltan proyectos nuevos, se producen recortes en partidas que, aunque para el equipo de Gobierno puedan parecer simbólicas, como es el caso de cooperación, indican claramente la tendencia ideológica de un gobierno, y sobre todo la dependencia que tiene a Vox. Si bien es cierto que, afortunadamente, la formación ultraderechista en Zaragoza no ha sido demasiado exigente en sus pretensiones a la hora de dar su apoyo a las cuentas, algo que también es buena noticia si se compara con lo que ocurre en otras ciudades. A pesar de ello, depender de la formación que en el consistorio lidera Julio Calvo es siempre un peligro que, por el momento, ha ido sorteando Azcón, en parte por su habilidad y en parte por el propio perfil y capacidad política de los dos ediles de Vox.