El otro día visité la exposición 'Non finito. El arte de lo inacabado', en CaixaForum. Y me acabó gustando. Seis secciones articulan el recorrido de esta exhibición, que reúne cerca de cien piezas inconclusas. Se inicia con 'El encanto de los comienzos', donde nos adentramos en los talleres de los creadores con bocetos de Van Gogh, Picasso o Gargallo. Me conmueve especialmente el 'Retrato de Mabel Rick', de Joaquín Sorolla. Es uno de esos casos de inconclusión debidos a la muerte del artista. Un día de junio de 1920, mientras retrataba a la esposa del escritor Ramón Pérez de Ayala, Sorolla sufrió un ataque de hemiplejía. Cuentan que dio cuatro pinceladas, largas y vacilantes, desesperadas; cuatro alaridos mudos. Y abandonó el lienzo con lágrimas en los ojos, sin poder terminarlo.

Voy a confesar algo: me dejé un par de obras sin ver, para así dejar la visita, de alguna manera, inacabada

El segundo espacio, 'Abreviaturas', nos presenta obras que se dejaron voluntariamente sin terminar, como el 'San Juan Evangelista', de El Greco. La tercera sala, 'Babel'. La imaginación del desastre', lleva lo inacabado al terreno de la arquitectura, incluyendo fotografías de La Sagrada Familia. En el cuarto ámbito, 'Metamorfosis', se presentan piezas que son promesas de algo que todavía no ha llegado, que son inacabadas porque están en el camino de convertirse en otra cosa, como la 'Mujer insecto', de Joan Miró. La quinta sección, 'La erosión', exhibe piezas heridas y dañadas por el paso del tiempo, como una copia del 'Torso de Belvedere', de Domenico Brucciani. Y la sexta sala, 'En el Aleph. Lo infinito', aborda el infinito como motor creativo y exhibe un manuscrito de 'El Aleph' de Borges. Voy a confesar algo: me dejé un par de obras sin ver, para así dejar la visita, de alguna manera, inacabada. Es fácil empaparse de la poética del inacabamiento. En cualquier caso, la muestra se puede visitar hasta el 29 de mayo. Creo que volveré a verl.