La Litera es la octava comarca, de 33 que tiene Aragón, con mayor desarrollo. Es al menos lo que dice el Índice Sintético de Desarrollo Territorial de nuestra comunidad. Pero hablar de comarcas como entes únicos en estos índices creo que es un error. En los últimos 20 años Camporrells ha perdido el 50% de su población, como buena parte de la Litera Alta que poco tiene que ver con la parte baja, próspera sobre todo con el impulso que le dio la llegada del agua a través del Canal de Aragón y Cataluña.

900 euros de media

El Departamento de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón quiere utilizar este índice para primar a los territorios más desfavorecidos en las convocatorias públicas de subvenciones, pero La Litera, según el centenar de indicadores que se han utilizado para hacer esas cuentas, no será de las primeras. Y eso pese a no solo esa pérdida poblacional, tampoco se tiene en cuenta por ejemplo la situación en la que viven nuestros mayores, con una pensión que no llega a los 900 euros de media mientras en la provincia supera los 1.000. El índice de vejez y el sobreenvejecimiento son otros dos factores que ese índice tiene en cuenta.

Ni hablemos por tanto de la pérdida de empleos en este municipio ni en los del entorno

Ni hablemos por tanto de la pérdida de empleos en este municipio ni en los del entorno. Tampoco del estado de las carreteras de la zona, cuyo mantenimiento depende del mismo departamento. En muchas ocasiones hemos pedido que a la hora de hacer valoraciones sobre el reto demográfico, el foco se ponga en los municipios, no en un territorio tan amplio como la comarca. Nada tiene que ver la zona de la Litera Alta con el corredor industrial que pasa por Binéfar, cabecera comarcal y cuyos datos desvirtúan la realidad del resto del territorio, ni con la zona de regadíos.

¿Acaso es lo mismo una densidad de población de 25 habitantes por kilómetro cuadrado, que 11’98 o 4’7? La primera cifra es del total de la comarca, incluyendo Binéfar, la segunda sin esta localidad y la tercera la realidad de Camporrells.

Desde estas líneas me gustaría llamar la atención sobre lo engañoso del citado índice, cuyos resultados son más que dudosos a la luz de los datos aportados. Un índice que parece tener cierta orientación, que no tiene en cuenta la situación real de muchos municipios. Si el objetivo es ayudar, comencemos por lo básico: hacer las cuentas bien. Y esta realidad que ejemplarizamos en la Litera Alta se repite en cada una de las comarcas.