El presidente de todos los españoles ha vuelto a indultar a aquellos que están en la conspiración contra el Estado. Nada nuevo en La Moncloa. El descaro de esta operación para sacrificar a la directora del CNI –una servidora pública intachable– a raíz del espionaje legal y autorizado a la órbita independentista es una línea que, otra vez, Sánchez ha cruzado sin despeinarse. Todo por un puñado de votos que le hagan perpetuarse en el sillón presidencial y le permitan mantener viva la legislatura obscenamente.
Porque el supuesto escándalo de este espionaje estriba en que España vigila a quienes son enemigos declarados y confesos del Estado. ¡Oh, qué cosas!: en España se espía a quién ataca su soberanía. Porque en legitima defensa, y con el estricto aval jurídico, se debe hacer tantas veces como sea necesario. El Estado puede y debe defenderse de aquellos que buscan derrocarlo, y por tanto liquidar nuestros derechos, libertades y obligaciones.
Con esta operación, al final y como siempre, Sánchez vuelve a su esencia: destrozar la credibilidad del Estado para premiar a quienes insisten en derrocarlo
Con esta operación, al final y como siempre, Sánchez vuelve a su esencia: destrozar la credibilidad del Estado para premiar a quienes insisten en derrocarlo. Y con un mensaje más: quien se atreva a poner límites al soberanismo y a sus tendencias totalitarias, será fulminado. Ahora sucede con el CNI pero ya ha sucedido con jueces, fiscales, abogados del Estado –como Edmundo Bal–, policías, guardias civiles y… los límites impuestos a la presencia del rey de España en Cataluña.
Lo suyo sería suponer que este chantaje aceptado por el soberanismo sirve para calmar a la fiera. Pero no. Habrá más chantajes y Sánchez cederá. El fracaso del gobierno de Rajoy en la consulta ilegal del 1-O avisó al independentismo de que el Gobierno puede ser débil, pero jamás lo será el Estado. Y ahora están en esa fase. Si algún día Cataluña es independiente, hay que hacer que el Estado español esté desarmado. Van ganando y todo con el aval de Sánchez.
