El Periódico de Aragón

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Editorial

La encrucijada de las ‘Big Tech’

Las abrumadoras cifras de despidos masivos y desplomes en bolsa que registran en las últimas semanas algunos gigantes tecnológicos, con Meta (Facebook) y Twitter a la cabeza, son un punto de inflexión en la carrera ascendente de estas compañías, tan grandes e influyentes que han cambiado hábitos sociales y modelos económicos e incluso han tenido su papel en el debate político. Desde el pinchazo de la burbuja de las puntocom, a principios de 2000, no se apreciaba una caída generalizada de esta magnitud en el sector tecnológico. Ahora, sin embargo, estamos en un momento distinto al de hace 20 años, porque si una burbuja clásica ha sido inflada artificialmente por la especulación, hoy las Big Tech se enfrentan a problemas de otro calado. El principal, el ambiente de incertidumbre económica global, con la guerra de Ucrania como telón de fondo, una inflación y subidas de tipos que afectan a todos los sectores, que retiene el consumo y que frena las inversiones. Un entorno que era difícil de predecir hace dos años, cuando el confinamiento y otras restricciones por la pandemia impulsó el consumo digital y la fiesta de Silicon Valley parecía no tener fin.

El magnate Elon Musk, que ha tenido un accidentado desembarco en su recién comprada Twitter, ha llegado a insinuar que es posible que esta red social quiebre. Por su parte, el fundador de Facebook, Mark Zukerberg, envió un comunicado reconociendo las difíciles circunstancias que le han llevado a despedir a 11.000 empleados. Amazon anunció una cifra similar de despidos. No son las únicas que han recortado plantillas para redimensionar el negocio a la nueva situación. Seguramente, en los tiempos de bonanza estas empresas fueron sobrevaloradas y ahora están pagando las consecuencias, como reconocen ahora algunos analistas, pero tampoco hay que darlas por acabadas tan pronto. Los gigantes tecnológicos se encuentran ante una encrucijada, un momento de transición, y de su capacidad de adaptarse dependerá su supervivencia.

El sector tecnológico está en constante cambio y búsqueda de la innovación, en su naturaleza misma está el nacimiento continuo de nuevos actores, alternativas de consumo, que a veces logran triunfar y cambian el mercado. Estos son también los retos de las Big Tech, el desafío de empresas jóvenes que han sido más ágiles que ellas para captar las nuevas tendencias. Ante las primeras voces de que Twitter podía desaparecer, no han faltado candidatas a ocupar su lugar. La sociedad del siglo XXI tiene asumido el uso de internet y las nuevas tecnologías, algunas compañías puede que colapsen, pero seguirá habiendo mercado para otras. Otra cuestión que falta por dilucidar es si la crisis afectará a nivel global de igual manera que en Estados Unidos. Es de prever que se produzca algo de contagio, ya que los despidos anunciados por compañías con centros de decisión en ciudades norteamericanas afectan también a su negocio en los otros países donde operan. Pero en la Unión Europea cabe esperar una afectación menor, puesto que Bruselas ha puesto en la digitalización una de las prioridades de financiación de los fondos Next Generation.

El actual escenario de cambios en el sector tecnológico, en cualquier caso, no debe distraernos ni hacernos perder terreno en la vigilancia contra la difusión de falsas noticias y manipulaciones al amparo de una mal entendida libertad de expresión. Ese es el auténtico desafío al que se enfrentan las democracias modernas.

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