Listas de lo mejor

Roberto Malo

Roberto Malo

Hoy es el último día del año y uno echa la vista atrás y repasa el calendario mental en busca de fracasos y caídas, logros y conquistas. Los meses vuelven a pasar de manera atropellada, como en un montaje acelerado y sincopado, y la cabeza se detiene aleatoriamente en algunos recuerdos, saboreándolos, añorándolos. Toca resumir, toca evaluar, toca despedir. Lo hacemos todos de manera inconsciente. Y también, inconscientemente en muchos casos, la gente hace listas. Listas de todo tipo y condición. Nos gusta hacer listas. Y nos gusta leer listas. Leo listas con lo mejor del año. Mejores cómics del año, mejores libros del año, mejores álbumes ilustrados del año…

Me busco pero no me encuentro. No me he debido de esforzar lo suficiente. Me busco también en las listas de lo peor del año; que hablen de uno aunque sea mal. Los peores discos del año, las peores películas del año, los peores espectáculos del año… Tampoco me encuentro. Bueno, pues ha sido un año regular entonces. Ni muy bueno ni muy malo, a tenor de lo que indican los suplementos culturales y los listos de las listas. En fin, con que tengamos salud… Alguno dirá (si el año no le ha ido especialmente bien) que lo mejor del año es que se acaba. Otros (entre los que me incluyo) pensarán que lo importante es que sigamos al pie del cañón, dando guerra y sumando otro año más en el currículum vital.

En cualquier caso, encaremos el año que empieza mañana con ilusión y esperanza, que empezar de cero supone ir indefectiblemente hacia arriba. Seamos optimistas; empecemos bien para ir a mejor, poniendo algo de nuestra parte. Busco algo rojo para esta noche (unos calcetines, unos calzoncillos), que uno en el fondo es muy de seguir las tradiciones, siempre y cuando no supongan un gran esfuerzo. Y busco el champán, que hay que abrazar y brindar por la vida. ¡Feliz año! .

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